Escuela de las Américas

Pablo Ruiz Espinoza

En noviembre del año pasado una delegación de School of Americas Watch (SOAW) visitó Chile. Como muchos nacionales hubieran querido ser artistas famosos, como Joaquín Sabina y Miguel Bose, para ser recibidos por la Presidenta Bachelet. Como no cantaban ni aparecían en revistas de papel couché no pudieron entrevistarse con la primera autoridad del país. También el Ministro de Defensa, a última hora, les canceló una reunión agendada hace meses. Sólo el Subsecretario de Guerra los recibió. La delegación, con el apoyo de organizaciones chilenas, vino a plantear un tema incomodo para el gobierno: que Chile no siga enviando militares a la Escuela de las Américas sindicada de promover violaciones a los derechos humanos.

No es la primera vez que vienen a nuestro país. En el año 2006 el fundador de SOAW, el sacerdote Roy Bourgeos, y su delegación, se reunieron con la entonces Ministra de Defensa, Vivianne Blanlot. En esa reunión, recuerda Lisa Sullivan, "la ministra sabía qué es la Escuela de las Américas y compartió nuestra inquietud. Sin embargo, nos dijo que ella no estaba en condiciones de exigir al Ejército que se retiraran de la WHINSEC, sino que solamente podía sugerirles eso. Esa respuesta nos dejó muy tristes ya que uno espera que el poder civil, de cualquier gobierno, sea quien decida qué hace y qué no hacen sus Fuerzas Armadas".

Ese año el diario La Nación publicó un reportaje titulado "Una historia escrita con sangre" en donde se afirmó que Chile había enviado 170 militares en ese periodo. El reportaje señaló que 135 estudiantes de la Escuela Militar fueron a un curso de liderazgo. Agreguemos que ese año Chile participó de la administración de la WHINSEC con el cargo de Subcomandante y, además, con un instructor invitado.

Hasta el momento SOAW ha logrado que los gobiernos de Argentina, Uruguay, Venezuela y este año Bolivia retiraran sus tropas de la Escuela de las Américas. En el plano legislativo estuvieron a seis votos, el 2007, de que se aprobara la enmienda HR 1707 en el Congreso de Estados Unidos la que cerraría la WHINSEC y crearía una Comisión de la Verdad para que investigue qué paso en la Escuela de las Américas durante sus años de existencia. El 2009 insistirán ante sus representantes para que aprueben el cierre de esta academia militar.

Sumar a nuestro país a esta cruzada seria decisivo ya que, de acuerdo a lo expresado por Lisa Sullivan, "se usa la presencia de Chile para justificar en el Congreso de Estados Unidos la existencia de la Escuela de las Américas porque Colombia, que es el país que lleva más militares a la WHINSEC, no tiene buena fama de respetar los derechos humanos. De hecho, recientemente, el Presidente Uribe se vio obligado a dar de baja al jefe del Ejército Colombiano, graduado de la Escuela de las Américas, y a otros militares por su responsabilidad en el asesinato de 11 jóvenes", agregó.

La delegación de SOAW, esta vez encabezada por el sacerdote jesuita José Mulligan, se entrevistó con el Subsecretario de Guerra, Gonzalo García, a quien le manifestaron la preocupación de su movimiento de que Chile figure como el segundo país que más soldados envían al referido instituto. En el periodo 2007, le señalaron, fueron 195 militares chilenos a la WHINSEC.

Sin embargo, el Subsecretario de Guerra, les expresó que la WHINSEC no era la misma Escuela de las Américas de antaño y que este año han asistido 210 militares pero que sólo 10 van a cursos propiamente tal. En la reunión García señaló que los costos de los viajes los paga Chile ya que Estados Unidos invierte apenas 500.000 mil dólares en las relaciones con el Ministerio de Defensa de nuestro país.

En una rectificación posterior el Ministerio de Defensa señaló que, durante el periodo 2008, 13 Suboficiales realizaron el "curso especial para Sargentos 2º, Instructores de Infantería" y que 27 suboficiales participaron en el "curso de especialización para Suboficiales". Todos los demás, pertenecientes a la promoción del cuarto año de la Escuela Militar, fueron por 12 días a "un viaje de conocimiento profesional y cultural".

Alejandra Arriaza, quien participó de la reunión, señala que "esta información es contradictoria con la entregada el 2006 por el mismo Ejército que dijo que los estudiantes de la Escuela Militar iban a un curso de Liderazgo. Ahora, según el Subsecretario García, van a una visita. Queremos saber en qué consiste esa visita", expresó la abogada.

El sacerdote José Mulligan recordó, en su paso por Chile, que en 1996 el Pentágono se vio obligado admitir que se estaban enseñando técnicas de tortura en la Escuela de las Américas. En la actualidad, no tienen evidencia que esas prácticas continúen salvo si aparecieran manuales como entonces ocurrió. Pero señala enfático que "Estados Unidos no tiene autoridad moral para enseñar a los cadetes y los soldados de América Latina en la ciencia militar cuando siguen matando a miles y miles de civiles en la guerra de Irak violando las leyes de guerra", dice.

Mulligan se pregunta qué pretende el Pentágono con estos cursos y responde "proteger los interés económicos de las grandes corporaciones de Estados Unidos como sucedió en los tiempos de Allende en que se utilizó a las Fuerzas Armadas para dar el golpe en 1973 y como también le sucedió al Presidente Chávez en el intento de golpe de estado en el 2001 donde sus promotores eran graduado de la Escuela de las Américas".

Según los Observadores de la Escuela de las Américas estos cursos "siguen fomentando el combate y el enfrentamiento y están lejos de buscar la "Paz, Libertad y Fraternidad", como reza un eslogan de la nueva Escuela de las Américas".

Sin embargo, el Ejército chileno piensa distinto. En carta de Andrés Avendaño Rojas, General de Brigada y Secretario General del Ejército, dirigida a los Observadores de la Escuela de las Américas señala que en WHINSEC los estudiantes chilenos reciben formación en derechos humanos. "Las clases que se imparten a nuestros alumnos contemplan, obligatoriamente, módulos de "Conciencia democrática y derechos humanos" y "democracia en acción", dice. Agrega que en Chile también los oficiales y conscriptos son enseñados en esta materia.

La abogada Alejandra Arriaza señala que la respuesta entregada por el Ejército no la deja contenta pues asegura que la educación en derechos humanos que se da en la institución armada es muy insuficiente y que "no se pueden aprender derechos humanos en un país, como Estados Unidos, que precisamente con su ejemplo los viola", señala.

Por otro lado, uno de los grandes logros de la visita de School of Americas Watch a Chile fue llevar el tema a la Comisión de Derechos Humanos y Ciudadanía de la Cámara de Diputados. La Comisión encontró grave la denuncia y citó, en diciembre pasado, al Comandante en Jefe del Ejército, Oscar Izurieta, quien pese a justificar los envíos de soldados se comprometió con el diputado Tucapel Jiménez a reestudiar la situación.

Por su parte el Ministro de Defensa, José Goñi, junto a una delegación de diputados y de dirigentes de derechos humanos, visitaran próximamente las instalaciones de la WHINSEC para ver en terreno si este instituto sigue o no fomentando la Doctrina de Seguridad Nacional y el uso de la tortura.

Al cierre, la llegada de Barak Obama al gobierno de Estados Unidos abren esperanzas y, si todo no es un sueño, es posible que pronto se cierre esta escuela militar y se cree una Comisión de la Verdad que comience a limpiar la historia siniestra del Imperio con América Latina.

La Escuela de las Américas fue fundada en 1946. Su primera ubicación fue en el Fuerte Amador, Panamá, pero entonces se llamaba Centro de Adiestramiento Latinoamericano del Ejercito de los Estados Unidos.  A partir de 1963 pasó a denominarse Escuela de las Américas. En 1984, a raíz del tratado Torrijos-Carter, tuvo que abandonar Panamá siendo trasladada a los mismos Estados Unidos. El 2001, por las continuas protestas, pasó a llamarse Instituto de Seguridad y Cooperación del Hemisferio Occidental.

Chile, desde el funcionamiento de la Escuela de las Américas, ha enviado más de 3600 militares a las distintas nominaciones que ha tenido el centro militar. De acuerdo a antecedentes de la SOAW uno de cada cuatro agentes de la DINA fue graduado de la Escuela de las Américas.

Entre ellos figuran Álvaro Corvalan, Raúl Iturriaga Neumann, Armando Fernández Larios, Carlos Herreras Jiménez, José Zará, Odlanier Mena, Miguel Krassnoff, Humberto Gordón y Germán Barriga. Todos conocidos violadores de los derechos humanos.

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Este artículo apareció en la Revista Análisis de diciembre de 2008 y ha sido actualizado.