El FBI vigila al Observatorio contra la Escuela de
las Américas
por Mara Verheyden -Hilliard de la
Asociación para la Justicia Civil*
El FBI utilizó sus atribuciones,
durante 10 años,
de "lucha contra el terrorismo" para hacer
seguimiento del grupo pacifista, de derechos humanos,
SOA Watch en EEUU.
Durante
una década el FBI, abusó flagrantemente de sus
atribuciones contra el terrorismo para llevar a cabo una
operación de vigilancia generalizada del Observatorio
por el cierre de la Escuela de Américas (SOA Watch), una
organización de activistas estadounidense que realizan
acciones pacificas con el objetivo de cerrar la Escuela
de las Américas (SOA) del Ejército de los EEUU (ahora
llamada "Instituto de Seguridad y Cooperación del
Hemisferio Occidental" o en su abreviatura WHINSEC) como
de exigir el fin de la militarización que realiza el
gobierno de EEUU en toda América Latina.
Cientos de páginas de documentos han
sido obtenidas por la Asociación para la Justicia Civil,
en nombre de SOA Watch, y una vez más revelan que el FBI
realiza vigilancia política y operación de inteligencia
utilizando su autoridad contra el "terrorismo doméstico"
en contra de las protestas pacíficas en los EEUU.
La
organización SOA Watch, cada año, desarrolla protestas
en las afueras del Fuerte Benning, en Georgia, lugar
donde opera actualmente la Escuela de las Américas bajo
la responsabilidad del Ejército de EEUU. En dicho lugar
se sigue dando entrenamiento
a militares y policías muchos de los cuales han sido los
líderes y dictadores en América Latina responsables de
golpes de estado, masacres, centros de tortura, crímenes
de lesa humanidad.
El
entrenamiento en la Escuela de las Américas sigue en
curso y los nuevos graduados del Instituto siguen
participando de ejecuciones extrajudiciales, de la
represión de los movimientos sociales en países como
Colombia, Honduras y México.
La misión de SOA Watch y su trayectoria es de lucha
pacífica. Sin embargo, el FBI desplegó sus recursos
contra el "terrorismo doméstico", informó a la "Unidad
Antiterrorista" y a la "Miami Domestic Intelligence
Terrorism Squad".
Solía
colocar informantes confidenciales dentro del movimiento
para recoger información. Se pidió a las unidades de
contraterrorismo del FBI proporcionar a la oficina local
del FBI, en Atlanta, "toda la inteligencia relevante
para la SOA, por lo que esta información se puede
proporcionar a las agencias locales y militares
encargadas de hacer cumplir la ley".
Sospecha a pesar de las intenciones pacíficas '
Una revisión de 10 años de documentos redactados
obtenidos, bajo la Ley de Libertad de Información, por
la Asociación para la Justicia Civil en nombre de la SOA
Watch muestran que, año tras año, el FBI reconoció que
los organizadores y las actividades del grupo fueron
pacíficas. Y año tras año, el FBI siguió manteniendo su
caja abierta con las afirmaciones de que era posible que
pudieran haber "participantes violentos" o "facciones de
una célula radical" u otras advertencias alarmistas como
pretextos para justificar su espionaje y violación a la
Primera Enmienda constitucional.
En 2005, los informes
del FBI admitieron "las intenciones pacíficas" de los
líderes de SOA Watch, pero justificaron su labor sobre
la base de que "un grupo militante podría infiltrarse en
las manifestaciones y con la multitud crear problemas".
Sin embargo, admitió que "en este momento, no hay
amenazas específicas o eventos conocidos".
La vaga amenaza, no especificada de violencia en el
futuro funcionó como la excusa anual para la vigilancia
de la disidencia pacífica. Bajo esta lógica, de la lucha
contra el terrorismo, toda protesta pacífica,
constitucionalmente protegida, lleva la semilla del
potencial terrorismo lo que hace que todos seamos
terroristas potenciales.
Este patrón de vigilancia
significativa, alusiones a la violencia, y luego volver
a informar que la actividad fue pacífica, después de los
hechos, continuó por años.
Detenciones masivas y los informantes confidenciales
En las protestas de SOA Watch participan miles de
personas, y en varias de ellas hubo arrestos, por
desobediencia civil no violenta y organizada, al
intentar ingresar pacíficamente a la misma Escuela de
las Américas.
En los informes del FBI se
describió, por ejemplo, los arrestos en masa de 1.700
manifestantes en noviembre de 2000, como arrestos por
"actuar de manera manifiesta". Esto incluía "el uso de
máscaras, ataúdes, títeres o verter la sustancia roja
sobre sí mismos".
El
2006, los "informantes confidenciales" proporcionan
información sobre la planificación de eventos en
Massachusetts y el número de autobuses que vienen de
todo el país a las protestas en el Fuerte Benning.
El FBI obtuvo refugios y centros
de mando "sin costo", de las empresas de bienes raíces
para trabajar en la logística de la protesta, que fue de
nuevo la etiqueta del FBI: "Preparación de Nivel para
Eventos Especiales". Más tarde informaron de la protesta
de 2006 "sin incidentes" y llegaron a una evaluación
similar el 2007.
En 2008, agentes encubiertos del FBI viajaron con los
manifestantes al evento para seguir las actividades de
varios "temas de FBI en Minneapolis" a pesar que
aquellos "nunca habían expresado o mostrado una
propensión a la violencia".
El FBI utilizó "informantes confidenciales" que
obedientemente informaron sobre el calendario previsto
de las actividades para las protestas, los nombres de
los organizadores, entre ellos una persona "que es o era
una monja Maryknoll", y el nombre de un asesor legal de
SOA Watch. El asesor jurídico, cuyo nombre fue
redactado, pero que se identifica de otra forma con la
Universidad de Loyola, es evidentemente el renombrado
abogado de derechos humanos Bill Quigley.
Para el año 2009, después de 10 años de vigilancia, el
FBI admitió que "nunca ha habido ningún incidente
significativo de violencia o daños a la propiedad". Al
describir las manifestaciones más como un "festival de
la calle", que finalmente cerraron el caso.
La práctica de operaciones de FBI de vigilancia
política
En 2012, la Asociación para la Justicia Civil (PCJF)
descubrió cientos de documentos que indican que el FBI
estaba tratando el movimiento "Occupy" como una amenaza
potencial "criminal y terrorista" a
pesar de que la agencia reconoció, de manera similar, en
sus propios informes, que los organizadores llamaban
explícitamente a la protesta pacífica y no justificaban
el uso de la violencia.
El PCJF obtuvo documentos que muestran que las oficinas
del FBI y agentes de todo el país estaban en marcha para
realizar vigilancia contra el movimiento, incluso ya en
agosto de 2011, un mes antes del establecimiento del
campamento OWS en Zuccotti Park, y otras "Occupy",
a desarrollarse en todo el país.
Otros documentos obtenidos y publicados por la PCJF
demostraron que el Departamento de Seguridad Nacional y
la red, en expansión, de los "Centros de Fusión en los
Estados Unidos" (Unidad que recolecta información de
diversas agencias y entidades y las distribuye entre
ellas) gastan igualmente enormes recursos en monitoreo,
seguimiento y presentación de informes sobre las
actividades de protesta pacíficas, legales y
constitucionalmente protegidas.
El FBI ha sido denunciado recientemente por el monitoreo
y seguimiento, incluso a través de aviones de
vigilancia, de las actividades del movimiento
afroamericano "Black Lives Matter" en ciudades alrededor
de los EEUU.
Lecciones no aprendidas
A
mediados de la década de 1970, el Comité Church, del
Senado de EEUU, llevó a cabo una investigación sobre el
abuso de la autoridad en la aplicación de la ley por
parte de las agencias de inteligencia que violaban la
Primera Enmienda -la que asegura, entre otros derechos,
la asamblea pacifica de las personas y la libertad de
expresión- a través de las investigaciones, la
vigilancia y la interrupción de aquellas.
Como resultado de las revelaciones, de la Comisión, el
FBI estaba obligado a decretar restricciones en el uso
de sus facultades de inteligencia y de aplicación de la
ley, que prohíbe las investigaciones sobre las
actividades de la libertad de expresión no violentas.
Mientras el Congreso podría haber promulgado una
legislación vinculante, el Fiscal General de EEUU se le
permitió, en lugar de ello, promulgar directrices;
directrices que han sido sobrepasadas por las sucesivas
administraciones en los últimos 40 años.
Estas repetidas revelaciones del FBI de abusar de su
autoridad contra los movimientos políticos pacíficos -
desde SOA Watch a
"Black Lives Matter"
- dejan claro que el FBI no puede ser su propio
organismo de control o autorregularse.
Queda en evidencia
que la
vigilancia, la supervisión, el seguimiento y la
infiltración de grupos pacíficos, de movimientos de
justicia social, es un esfuerzo programado,
institucionalizado y permanente del FBI.
Es
hora entonces que se legisle y se prohíba claramente al
FBI, bajo su autoridad de investigar "terrorismo
doméstico", que vigile e investigue actividades
pacificas que gozan del derecho a la libertad de
expresión y protesta pacífica protegidas por la Primera
Enmienda de la constitución de los EEUU.
Es un derecho fundamental de las personas organizarse,
reunirse, hablar y exigir pacíficamente el cambio en las
políticas y prácticas de EEUU sin la vigilancia e
investigación de las agencias nacionales de terrorismo
del gobierno. La democracia y la Constitución lo
requieren.
Protesta en Fuerte Benning del 20 al 22 noviembre
Los
activistas de SOA Watch no se sienten intimidados, y
volverán a protestar
en Fuerte Benning, Georgia, del 20 al 22 de noviembre para
hablar en contra de las políticas represivas de Estados
Unidos, y para participar en la acción directa no
violenta.
El Colectivo Jurídico de SOA Watch
proporcionará apoyo jurídico y supervisión de las
actividades de la policía, para asegurar que las
manifestaciones sean seguras para todos.
Los
documentos se han hecho públicos y se pueden buscar en http://www.justiceonline.org/soaw.
* Este texto ha sido adaptado y modificado para una
mejor comprensión del inglés al español por SOA Watch,
Equipo Sur.
Artículo original: "FBI
used counter-terrorism authority to track pacifist human
rights group for 10 years"