Encuentro
de Jóvenes Líderes
“Enraizados
en resistencia, sembrando soberanía”
PRONUNCIAMIENTO
Durante
las últimas décadas, en nuestra América se viene
reconfigurado las fuerzas políticas que componen el
continente con la aparición de varios gobiernos de carácter
progresista, espacios de integración regional - UNASUR,
ALBA, MERCOSUR, CELAC - y la rearticulación de los
movimientos populares que se presentan como una alternativa
frente a la hegemonía del imperialismo norteamericano.
Las respuestas
a esta disputa por el control del territorio presenta
varios niveles de injerencia que van desde la intervención
militar hasta acciones planificadas con el fin de resguardar
los privilegios de las clases dominantes que se sostienen en
el poder imponiendo el sistema capitalista, en su fase
neoliberal.
Es así que en
América operan aproximadamente 76 bases militares
estadounidenses. La militarización se viene expresando a
través de ejercicios conjuntos y cursos de adiestramiento
para las fuerzas armadas y fundamentalmente policiales de
nuestros países, además de reuniones continentales de altos
mandos que entre otros se traducen en políticas represivas y
de criminalización a dirigentes y luchador@s populares,
personas indocumentadas, pueblos indígenas y negros,
comunidades campesinas y el campo popular en su conjunto.
Asimismo, los
marcos jurídicos están siendo modificados en función de una
mirada que va en detrimento de la soberanía y la
autodeterminación de los pueblos entendiendo que se pierde
cada vez mas la capacidad para decidir nuestro futuro. En
este contexto los estados viene implementando políticas
publicas que favorecen la llegada de inversión extranjera,
principalmente de las actividades extractivas y
megaproyectos de infraestructura, cuyo objetivo es la
acumulación a partir de los recursos naturales renovables y
no renovables, especialmente en el caso de la minería en la
que se utilizan grandes cantidades de agua y energía,
imponiéndose así la lógica del saqueo a nuestros pueblos.
Las
modificaciones a los marcos jurídicos también se expresan en
reformas en sectores estructurales como el educativo,
financiero, ambiental, energético, telecomunicaciones,
salud y seguridad social, solo por nombrar a los que son
comunes a las realidades de nuestros países. Entre las más
lesivas, por su impacto directo e inmediato en la vida de
millones de familias, se encuentra la precarización y
flexibilización de las condiciones de trabajo. Un ejemplo de
esto es la situación de opresión y explotación de millones
de migrantes en los Estados Unidos.
Estas
realidades mantienen un contexto de violación de derechos
humanos -torturas, desapariciones forzadas, exilio,
persecución violación, entre otros – que aumentan la larga
tradición de impunidad que gozan los responsables de los
crímenes cometidos durante las dictaduras cívico militares,
gobiernos autoritarios y prácticas coloniales, muchas de las
cuales aun permanecen. La respuesta a esto debe ser la
recuperación de la memoria histórica, el enjuiciamiento, la
reparación a las víctimas y la decisión política de poner
fin a tan condenables prácticas.
Nosotras y
nosotros, reafirmamos nuestra convicción por la construcción
de un continente libre y soberano, en armonía con la madre
tierra, donde los pueblos orientemos el rumbo de nuestros
pasos liberados del imperialismo, el capitalismo, la
violencia, la injusticia, la explotación, la opresión, la
discriminación, el racismo y el patriarcado.
Conocedores de
nuestra responsabilidad histórica, llamamos a l@s jóvenes a
organizarse y continuar con la lucha por una vida digna, con
justicia social para todas y todos.
¡Por la unidad de Nuestra América!
Venezuela,
julio del 2014
SOA Watch: Oficina América Latina
/ Calle 34
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