Palabras del Reverendo Roy Bourgeois en Acto de entrega del titulo Doctor Honoris Causa al Presidente Daniel Ortega
Buenas noches, Comandante, señor Presidente Ortega; Primera Dama, Rosario, ¡felicidades! Es un gran honor para mí... lo siento, mi español no es muy bueno, pero quiero decir francamente, que es un gran honor para mí, para nosotros, estar con ustedes, como Representante de un movimiento de mucha gente en mi país, que estamos visitando Nicaragua, una delegación integrada por el Padre José Mulligan, sacerdote jesuita, y Lisa Sullivan de Venezuela, una activista, luchadora de la paz.
En mi país hay un movimiento de base, conformado por muchos luchadores de la paz, de la justicia y me alegra mucho decir que hay muchísima gente en mi país, caminando en solidaridad con ustedes, aquí en Nicaragua. La misión de este movimiento también, es cerrar una escuela militar en mi país, la “Escuela de las Américas”, ubicada en el Estado de Georgia, en Fort Benning.
Esta escuela militar de combate tiene mucha historia. Ha entrenado más de 60 mil soldados de todos los países de Centroamérica y Latino-américa. La mayoría de los soldados hoy en día están llegando de Colombia; también hay muchos llegando de Guatemala, El Salvador y otros países.
No todos, pero miles de esos soldados están muy conectados a mucho sufrimiento, masacres, tortura, en todos los países de Latinoamérica y Centroamérica. Víctimas hay muchas y muy conocidas como Monseñor Oscar Romero y los 6 jesuitas de El Salvador, las monjas de Estados Unidos asesinadas en El Salvador, por alumnos de esta escuela, dos buenos amigos, Madres de Maryknoll, y miles y miles de campesinos en El Salvador, Guatemala y aquí en Nicaragua.
Esta Escuela es un símbolo de la política exterior de mi país. El rol, el papel de esta Escuela es proteger los intereses económicos de los Estados Unidos, del imperio. ¡Así es! proteger los intereses de las multinacionales, explotando los recursos de todos los países, explotando a los pobres.
Nosotros estamos en este movimiento diciendo ¡no! Cada noviembre hay una manifestación grande en la puerta, al frente de esta escuela, de Fort Benning. En noviembre pasado, más de 25 mil personas estaban en esta manifestación, la mayoría universitarios de todas partes de los Estados Unidos; profesores, veteranos, monjas, religiosos, padres de familia con sus niños.
Estamos aquí para expresar nuestra solidaridad con nuestras hermanas y hermanos en Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Colombia y en todos los países, diciendo que esta Escuela ¡tiene que cerrar! El costo de esta Escuela militar es de millones de dólares y ¿de dónde viene este dinero? De nuestros impuestos.
Estamos diciendo al Presidente Bush y a los del Pentágono ¡no, no! En Nicaragua, Guatemala, Colombia y todos los países con sus soldados en esta Escuela, estamos diciendo: ¡los pobres de esos países, que son la mayoría, no necesitan armas, comandos ni tanques! ¡No! Los pobres necesitan comida, escuelas, medicinas, hospita-les, y por esta razón estamos diciendo que esta Escuela no debe existir ¡tiene que cerrar!
Pero es una lucha, porque esta Escuela es amiga del Pentágono, es amiga del Presidente Bush, ¿por qué? para proteger los intereses de ellos, los ricos de mi país. Esta escuela no está por los intereses de los pobres de Nicaragua y los demás países. Tengo que decir que esta Escuela, los millones de dólares para financiar este entrenamiento, ¡es un robo! Un robo a los pobres de Nicaragua y de todos los países.
Nuestra lucha es difícil, como ustedes saben, la lucha por la paz y la justicia, caminando en solidaridad con los pobres que no tienen, es difícil ¡es difícil! Ustedes lo saben mucho mejor que nosotros.
Pero en nuestra lucha, como aquí, hay esperanza, mucha esperanza; hay esperanza con su Presidente, el Comandante Daniel, y los líderes acá. En la universidad, en el Gobierno, hay mucha esperanza; en nuestra lucha y en nuestro movimiento también hay esperanza.
Hace cinco meses en Washington, los Congresistas tenían una votación para cortar los fondos a esta Escuela. Hemos perdido por 6 votos. Muchos Congresistas estaban con nosotros, diciendo que ¡esta Escuela tiene que cerrar! Vamos a tener otra votación dentro de unos meses; vamos a tener más democráticos en Washington, y pronto, vamos a cerrar esta Escuela, con el próximo voto en el Congreso.
También hay esperanza con los países que han retirado sus soldados de esta escuela. Estoy muy contento, ¡muy contento! de poder decir que hay cinco países que han dicho no a esta escuela, y han retirado a sus soldados: Argentina, Uruguay, Venezuela, Costa Rica y Bolivia.
Quiero decir simplemente, que mi corazón está lleno, porque estoy tratando de hablar a favor de muchos luchadores por la paz en mi país. Quiero decir a ustedes, que hay mucha gente que sabe lo que está pasando aquí en Nicaragua; hay muchos luchadores por la paz que quieren caminar con ustedes en la esperanza, en la visión que ustedes tienen aquí. Tenemos que luchar por los pobres, esta es la lucha, esa es la visión aquí en Nicaragua y queremos luchar, queremos trabajar con ustedes.
Monseñor Oscar Romero, un santo en El Salvador, asesinado por alumnos de esta escuela, dijo: “los que tienen una voz tienen que hablar y trabajar por la paz y la justicia”. Bueno, yo, ustedes, nosotros, cada uno de nosotros, tenemos una voz y es la esperanza que cada uno podamos usar nuestra voz para luchar por la paz y la justicia.
Y usar nuestras voces, para cerrar esta Escuela de las Américas. Porque esta escuela no debe existir y muy pronto ¡vamos a cerrar esta Escuela de asesinos! Muchas gracias.