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SIN OLVIDO 78
JOSE EDUARDO UMAÑA MENDOZA
Abogado. Amigo, constructor de Derechos de los Pueblos
18 de abril de 1998-18 de abril de 2007
Memoria y Justicia: 9 años de impunidad
“Los Derechos de los Pueblos, los Derechos humanos son una lucha de soledades que se encuentran”
José Eduardo Umaña Mendoza. Conferencia Universidad Javeriana Nov. 1.991
Y un sábado como aquellos dejados del descanso, como aquellos perdidos a los afectos, después de una entrevista en televisión, a su residencia y lugar de trabajo, al espacio interrumpido una y otra vez por las causas, llegaron los criminales.
El estaba allí como siempre con su pensamiento imbuido en los procesos. En su corazón latiendo por los desaparecidos del Palacio de Justicia, por los trabajadores de ECOPETROL, por los trabajadores de las Telecomunicaciones. Allí con la memoria de las víctimas de la UP de la masacre de Fusagasuga, con los detenidos injustamente de los partidos de oposición. El rincón de la sensibilidad puesta en la construcción del hombre y la mujer nuevo, en el lugar de sus deseos, de las desazones, del llanto, de la carcajada, de las voces, de los cigarrillos y del café. Allí el mismo lugar de las utopías y del afecto eterno, el que permanece a pesar del tiempo, del vacío.
Hoy miércoles que es como ese sábado, en el deseo insaciable de lo nuevo, de lo distinto. Entre Mozart o Beethoven, entre Silvio Rodríguez y Pablo o Nana Mouskourri. O también entre Neruda, o el Quijote, sí el Quijote o Alberto Zalamea. Porque la transformación es también estética. Porque era en sus procesos y más allá de ellos. Los problemas no se resuelven en el Derecho, es la gente, es el pueblo y solamente él quien puede transformar. Pero el Derecho está ahí como instrumento de dominación, de normativización de la exclusión, pero ahí estando ahí es necesario actuar, defender, develar, descubrir para que Nunca Más nada de indignidad se vuelva a repetir.
Los derechos de los pueblos por el proclamandos, más allá de las formas y los procedimientos, de las verdades procesales, en las que actuaba como un maestro, con la sabiduría de reconocer el ardid del sistema penal fueron fuente de su inspiración, de su razón de ser compartida y socializada. Eduardo en este vacío del tiempo es profeta de lo simple, de lo que no se percibe por las sirenas que envuelven las modas del pensamiento y de la sensibilidad. Siempre ubicó la interacción entre el hambre, la explotación, la injerencia internacional, el capital mundial y nacional y la negación del derecho a la libre expresión, a la libertad de asociación, y la explicación profunda de porque existe la tortura, la desaparición forzada, el asesinato político, la criminalización de las expresiones populares, o Terrorismo de Estado.
Por esas razones, por esa sensibilidad solidaria, por ese tiempo dejado del afecto en la intimidad, por esos sueños, por esas canciones, por esos poemas, por eso escritos, por esos regaños, por esos principios Eduardo fue asesinado en Bogotá el 18 de abril de 1998.
Días antes en ese mismo lugar que fue asesinado recibió una amenaza de muerte. Y nos expresó: “si vienen por mi, yo no me voy a dejar llevar... voy a estar aquí, voy a resistir, no me voy a doblegar”. Ante la nueva posibilidad de la muerte violenta dijo con un cigarrillo y la taza de café al lado: “Si yo vivo de aquí a Mayo, este año no me muero” (…) “Si me van a matar, antes de que eso pase quiero estar con quiénes he amado unos días”. Y luego vinieron los abrazos y el llanto, pero estaba ahí vivo … en el mismo lugar en que días después los sicarios lo asesinaron.
Dos hombres y una mujer haciéndose pasar por periodistas entraron en su oficina tras encerrar a su secretaria en un cuarto. Ante la negativa de irse con sus victimarios, ellos le dispararon. Todo el mundo sabe, más allá de la verdad procesal, quiénes son los responsables en las Fuerzas Militares, y como casi siempre, se terminó llamando a juicio a 5 acusados, basándose en cargos sumamente frágiles y a pesar del hecho que uno de ellos vivía en España en el momento de los hechos y luego absueltos. La maniobra realizada para desviar la atención ha sido efectiva.
Este crimen de Estado sigue en la impunidad pero el sentido de la vida, la presencia de Eduardo hoy sigue animando las aspiraciones, en medio de las soledades, de los excluidos, de los pueblos. Por que en una Universidad Privada, hablando a borbotones, con claridad, con lucidez algunas y algunos estudiantes expresaron que por hablar así lo matarían y no sabían que hacer… y él, entre la rigidez y la ternura les expresó, algo así, esa sensibilidad es muy importante, ahora hay que encontrarse con la gente que muere de hambre, con los de abajo y mirar desde ahí para transformar y luego se encontrarán con la soledad, con otra soledades; porque los derechos de los pueblos, los derechos humanos son una lucha de soledades que se encuentran.
"Más vale morir por algo que vivir por nada".
Hoy, 9 años después de ser asesinado, tu familia, sin verdad, ni justicia, sin perdón, ni olvido, te recordamos con nostalgia, amor y firmeza.
Patricia y Camilo Eduardo
Bogotá, D.C. Abril 18 de 2007
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ