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El Presidente Uribe niega la realidad de la violencia antisindical en Colombia
Por: José Luciano Sanín Vásquez
Director General - Escuela Nacional Sindical
El Presidente Uribe sigue negando la dimensión de los asesinatos de sindicalistas Colombianos e insiste en presentar informes que disminuyen significativamente la dimensión de este grave problema nacional. En la rueda de prensa que concedió el pasado jueves 19 de abril, afirmó que en el 2006 fueron asesinados "tan solo" 25 sindicalistas y en lo que va corrido del 2007 uno solo. Las cifras de la ENS señalan que en el 2006 fueron asesinados 72 sindicalistas y en lo que va corrido del año 2007, 9 han sido asesinados.
¿Que pasa entonces con los otros 55 sindicalistas que según el Banco de datos de DDHH de la Escuela Nacional sindical fueron asesinados?
La respuesta es fácil darla, para el gobierno este tema es central para "su imagen internacional" y por ello manipula las cifras mostrándolas inferiores a la realidad. Para hacerlo sustrae a los maestros y los presenta como otra categoría de victimas y para justificarlo afirma que los maestros son asesinados en Colombia por razones distintas a las sindicales, y también excluye campesinos organizados en sindicatos. Esta operación fue exitosa durante tres años, sin embargo, el año pasado el mismo Departamento de Estado de los Estados Unidos en su informe sobre derechos humanos, recoge las cifras de ENS y las contrasta con las del gobierno colombiano.
Esta maniobra devela la perversidad del asunto, oculta que en Colombia cerca del 30% de los sindicalizados son maestros, y que estos se caracterizan por su gran dinámica sindical, social y política, de manera permanente exigen sus derechos y cuestionan las políticas sociales y económicas que lesionan a los trabajadores colombianos, pero además en todo el territorio nacional se encuentran vinculados a dinámicas de participación política, y que en los más de 900 pequeños municipios colombianos son líderes sociales y políticos de trascendencia, ello explica la elección de cuatro senadores apoyados por los sindicatos de maestros.
En 21 años (1986 a 2006) han sido asesinados en Colombia 2.515 personas afiliadas a organizaciones sindicales, esta cifra sin mas explicaciones es un genocidio, no puede soslayarse con afirmaciones como que en Colombia ya no se asesinan sindicalistas, la realidad es que han sido asesinados 2515 y los siguen asesinando, basta mirar las estadísticas 2002: 186 (94 de ellos educadores), 2003: 94 (49 de ellos educadores), 2004: 96 (46 de ellos educadores), 2005: 70 (44 de ellos educadores), y 2006:72 (35 de ellos educadores). Esta es la realidad de violencia antisindical en Colombia, y no la que insistentemente presenta el Presidente.
El acuerdo tripartito, todavía esta por cumplirse
Por José Luciano Sanin Vásquez
Director General Escuela Nacional Sindical
Con mas de diez meses de vigencia del acuerdo tripartito "Por el derecho de asociación y la democracia", suscrito por las tres centrales sindicales colombianas, el gobierno y los empresarios, en junio del año pasado en el marco de la 95 Conferencia de la OIT, es muy poco lo que se puede mostrar como logros de este. Apenas a finales del 2006 se estableció la representación y solo desde enero de este año se cuenta con un responsable de la misma, el mandato se presento al Consejo de Administración en noviembre del año pasado. La representación permanente de la OIT en Colombia, hasta ahora se ha limitado a sostener reuniones con los diferentes actores sindicales, gubernamentales y sindicales del país.
El trabajo decente, las libertades sindicales, el dialogo social y la impunidad en las violaciones a la vida e integridad de los sindicalizados en el país todavía no empiezan a ser impactadas por la presencia permanente de la OIT en Colombia. En campo del dialogo social, la renuencia del gobierno y de los empresarios para abordar la agenda propuesta por las centrales sindicales son un síntoma de que el espíritu y contenido del acuerdo tripartito se quedo en Ginebra y no llego a Bogota, la violencia antisindical durante el 2006 cobro la vida de 72 personas afiliadas a sindicatos en Colombia, los ingresos y la calidad de vida de millones de trabajadores no han mejorado, las libertades sindicales como nunca antes son limitadas por la acción de gobierno y empresarios y la impunidad en los casos de violencia no ha variado.
Nos preocupa que este acuerdo, de vital importancia para los trabajadores colombianos, no se materialice con la fuerza y dinámica que la situación de nuestro país exige.
Quienes hemos defendido el acuerdo por las posibilidades que abre, creemos que la representación permanente de la OIT en Colombia tiene un referente ya construido y muy positivo para el país, la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que con sus informes, sus recomendaciones y su apoyo técnico ha incidido en las normas, políticas y prácticas tendientes a la realización de los derechos humanos, la OIT tiene allí una experiencia que guardadas las diferencias debe tratar de construir a la mayor brevedad posible.
Este es sin dudas, un asunto de voluntad política, voluntad que este gobierno manifiesta en los organismos internacionales, pero que en la práctica, se expresa rompiendo todo acuerdo y compromiso una vez se ve enfrentado a cumplirlo.