La CIA en
Ecuador y en América Latina
Pablo Ruiz*
En
marzo pasado, el Ministro de Relaciones Exteriores de
Ecuador, Ricardo Patiño, presentó el libro: “La CIA
contra América Latina - Capítulo especial, Ecuador”, de
los autores Jaime Galarza y Francisco Herrera.
Patiño señaló en el acto
que “Es necesario recordar la verdad histórica de
nuestros pueblos y como constantemente se van repitiendo
hechos de manipulación en su contra y en beneficio de la
potencia que ha gobernado el mundo desde el siglo XIX. La
democracia que hoy viven nuestros países ha sobrevivido
a toda suerte de injerencia y manipulación de enemigos
locales y foráneos, que no han escatimado con servir a
intereses trasnacionales” (1).
La CIA o
la Agencia Central de Inteligencia -recuerdan sus
autores- fue fundada el 18 de septiembre de 1947 por
el presidente Harry
Truman.
El mismo que dio la orden de atacar en 1945, con bombas
atómicas, aHiroshima
y Nagasaki asesinado
a más de 200 mil personas, su gran mayoría civiles
inocentes.
Truman,
señala el libro, “decretó
la creación de la CIA, como el principal instrumento de
espionaje e intervencionismo político a nivel mundial,
para consolidar el rol de EEUU como
gran potencia, derivado de la Segunda Guerra Mundial, y
rivalizar con esa otra superpotencia surgida en las
mismas circunstancias históricas: la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS)”
(2).
Las dos
primeras acciones de la Agencia fue “el
derrocamiento, en 1953, del primer ministro de Irán,
Mohamed Mossadeg, que había nacionalizado compañías
petroleras multinacionales, y en 1954 la invasión de
Guatemala por un ejército mercenario para derrocar al
gobierno nacionalista del coronel Jacobo Arbenz, que
había expropiado latifundios de la todopoderosa United
Fruit”.
El libro en
cuestión trae dos entrevistas a Philip
Agee, quien
fue espía del organismo entre 1963 y 1968, trabajando en
Ecuador varios años.
Philip Agee,
“llegó a
Ecuador en 1960 y se desempeñó hasta las postrimerías de
1963 en calidad de agente del espionaje norteamericano.
Entre sus hazañas se cuentan numerosos casos de
penetración en los partidos de izquierda, en los órganos
del Estado, en las organizaciones derechistas”.
Dos eran
entonces los objetivos que busca la CIA: La
ruptura de relaciones del Ecuador con Cuba y El
derrocamiento del presidenteecuatoriano Carlos Arosemena, “culpable
ante Washington de veleidades nacionalistas”.
Los dos
objetivos fueron logrados. “En
ambos casos, la CIA utilizó como centro de toda su
campaña el anticomunismo, envuelto en una increíble
maraña de mentiras, falsificaciones, terrorismo, hechos
de sangre, compra y venta de conciencias”,
dice el libro en cuestión.
En la lista
de colaboradores e informantes de la CIA en Ecuador, en
esos años, figuraron 200 altos funcionarios, entre ellos
el senador Reinaldo Varea Donoso quien cobraba 800
dólares mensuales a la agencia.
“Debe
causarnos vergüenza que hayan existido personas que
vendieron su patria al imperio, mientras otros han dado
la vida por su independencia”, dijo Jaime Galarza.
Patiño señaló que leer el
libro “es como ver lo que hoy esta pasando en nuestros
países. Todos estos intentos vulgares, groseros. Da
vergüenza y repulsión leer como se contactaba a los
posibles agentes internos. Como el trabajo de la CIA
localiza a personajes “vulnerables” de venderse como
los resentimientos de algunos dirigentes de izquierda”
(3).
Al respecto el canciller
citó “como ejemplo el caso de Venezuela, donde en su
opinión existe una guerra económica articulada con el
terrorismo mediático, y con la casi segura participación
de la CIA” (4).
En la entrevista a Philip
Agee,
el ex agente cuenta detalladamente
sobre los métodos del trabajo de los servicios
especiales de EEUU en América Latina con el fin de
desestabilizar a los gobiernos de la región que
representaran un peligro a los “intereses” de
Washington.
Entre los métodos usados,
ya muchos de ellos conocidos y habituales, esta la
manipulación de la opinión pública, la infiltración de
partidos políticos y organizaciones, la realización de
atentados terroristas que son falsamente atribuidos a
movimientos de izquierda, el soborno, el espionaje de la
correspondencia, etc., todo con el fin de desestabilizar
a los gobiernos y generar condiciones para justificar
que los militares se pronuncien y realicen golpes de
Estado.
En Chile, para citar otro
ejemplo, la CIA fue fundamental para crear las
condiciones y generar el golpe de Estado contra el
Presidente Salvador Allende como bien lo documento Peter
Kornbluh en el libro “Los EEUU y el derrocamiento de
Allende. Una historia desclasificada”.
La CIA por
supuesto es uno de los instrumentos para la dominación.
A ello debemos sumar las más de 70 bases militares de
EEUU en América Latina, sumar el entrenamiento que da
EEUU. en la Escuela de las Américas (hoy conocida
también como Instituto de Seguridad y Cooperación del
Hemisferio Occidental), y donde asisten anualmente un
promedio de mil quinientos militares de América Latina y
el Caribe con excepción de Nicaragua, Venezuela,
Bolivia, Ecuador, Argentina y Cuba.
Finalmente, la CIA sigue
trabajando, financiando ONG y partidos de oposición
contra los gobiernos que consideran “hostiles” a los
intereses de EEUU. Siguen las “escuchas” de todas las
comunicaciones telefónicas y por Internet. Sigue la
manipulación de la opinión pública especialmente
referente a gobiernos como Brasil, Venezuela, Argentina,
Bolivia, considerados hoy molestos para el imperio.
¿Traidor?
Philip Agee, fue agente de
la CIA y desempeñó misiones en Uruguay, Ecuador y
México. En 1968 se retiró de la CIA "por motivos de
conciencia”. Murió en enero del 2008 en la Habana, Cuba,
a los 72 años.
En una de las preguntas
que aparecen en el libro “La CIA contra América Latina
-Capítulo especial, Ecuador”, se le consulta sobre la
lealtad con EEUU. Agge responde:
“Yo no creo que
sea un acto de deslealtad hacia el país. La CIA no sirve
al país. La CIA sirve a intereses minoritarios en los EEUU y
esos son sólo intereses de los dueños y gerentes de las
compañías multinacionales, de los profesionales que los
apoyan, de ciertos políticos dentro del gobierno mismo.
Esta es una fracción de la población norteamericana.
Nada de lo que yo hacía estaba destinado a servir a los
negros, a los indígenas de EEUU, a
los portorriqueños, a los chicanos, al mayor porcentaje
de la clase media, a la mayoría de la población de
Estados Unidos. Lo que yo hacía era directamente apoyar
a esas compañías y a los políticos que querían
mantenerse en sus puestos”.
Notas:
1 - “Hay
que recordar el pasado y evitar que hechos de traición a
la patria se vuelvan a repetir”, Canciller Ricardo
Patiño
2 - Libro La CIA contra América Latina - Capítulo
especial, Ecuador (PDF)
3 – HispanTV:
Ecuador presenta libro “La CIA contra América Latina”
4 – La CIA en
Ecuador, triste recordatorio y una amenaza perenne
Otro libro
relacionado:
La CIA y el Culto del Espionaje – Victor Marchetti y
John D.Marks
* Pablo Ruiz es
del Observatorio para el Cierre de la Escuela de las
Américas, SOA Watch. www.soawlatina.org