¿Es esta la democracia que queremos?...
Abro mi oficina y tengo la sensación que hace mucho, mucho tiempo no he estado acá… y es que el fin de semana parecía eterno. Un fin de semana donde lo que se instaló en el país fue la barbarie entre unos chicos nerviosos, expectantes… no sé si el francotirador que asesinó al muchacho de Olancho era un niño… probablemente no. Pero los soldados que se enfrentaron a un pueblo sin armas si parecían serlo.
Antes de llegar acá pasé una mirada a los canales, en unos estaban bailando, cantando o hablando de cualquier cosa. En otros estaban diciendo que frente a las "amenazas de ataque de Nicaragua y Venezuela" Honduras, aún suspendido de la OEA, podía solicitar la intervención de su asamblea y que cuál debería ser la actitud del gobierno del "presidente" Micheletti frente a estos hechos. En el camino hacia la oficina vi las paredes pintadas por los manifestantes contra el golpe y la persona que venía a mi lado decía "si nos han arrebatado la posibilidad de expresarnos, ésta es la vía de poder hacerlo" y al llegar a ella miré los titulares de los diarios y en uno decía "confuso y sangriento enfrentamiento" y en el otro "Honduras propone diálogo a la OEA".
Frente a lo sucedido ayer, este gobierno golpista no se ha pronunciado, pese que lo encabezan militantes activos "próvida" que dicen defenderla… solo llaman, repetidamente, a la marcha "por la paz de mañana", donde todos van de blanco, con sus camisas Lacoste y Tommy Hill Figer, y donde por supuesto, los militares con sus armas y sus corazas están de espaldas a ellos y de cara al pueblo… chusma, nos dicen… turbas también. Después de la invitación se llaman al silencio.
Siento que nos están orillando a un momento en el que los unos y los otros quieren mostrar quien hala más gente. Por supuesto que en los medios no pasan vistas panorámicas de las marchas del pueblo, pero para los de blanco, tienen al servicio varios helicópteros con camarógrafos y fotógrafos haciendo su trabajo.
No sé de qué, en este momento, los hondureños debemos sentirnos orgullosos, cuando aquellos que le tienen miedo a la libertad nos tienen secuestrados y cuando nosotros los secuestrados solo tenemos como arma salir a las calles a decirles que nos liberen… será que no hay otro camino que la barbarie?... frente a los fundamentalistas en el poder (con maquillaje de demócratas, eso sí, porque deben mostrar al concierto de las naciones que acá todo sigue en la normalidad y que es una transición a la que unos cuantos resentidos se oponen, quizá títeres de Chávez), con los medios de comunicación, el ejército armado y las iglesias de su lado, pareciera que el sentido común invita a eso, a la barbarie.
Pero como yo no tengo sentido común y no me gusta la barbarie, siento que no tengo espacio en ningún lado. Siento que he sido despojada hasta de mi propia voz. Mi voz para decirle al Cardenal que debería darle vergüenza salir a defender que está bien que un ciudadano hondureño sea sacado del país como lo hicieron con el presidente.
Para decirle al pastor Canales que debería darle vergüenza decirle a sus seguidores que hay que sentarse a dialogar con los usurpadores del poder, desconociendo que eso es reconocerlo como salvador y no como secuestrador.
Para decirles a los periodistas que aunque Mel haya hecho todo eso que dicen que hizo, igual lo que se merece es un juicio justo y un debido proceso. Para decirle a esos que dicen defender la paz que dejen de mandar sus tanquetas y sus muchachos vestidos de verde a atacar a la población.
Para decirles a todos los que dicen defender la Constitución, hecha a su medida, que sus propuestas de salida a esta guerra y barbarie son todas inconstitucionales. Para decirles a los partidos políticos, liberales, nacionalistas, pinuistas y demócratas cristianas que sus consensos me suenan sospechosos, pues detrás de ellos lo que hay es un pensamiento único de opresión en nombre de la libertad, un pensamiento fundamentalista.
Para decirles, como feminista, que dejen de hablar de nosotras y de nuestras luchas como valiosas, que debemos tener la cuota de poder a la que históricamente se han opuesto… yo no quiero ser parte de ese poder sucio y corrupto que nos secuestra. Para decirles a los y las opusdeistas que ellos/as son a la religión católica lo que Osama es a la religión islámica.
El viernes llegó a mi casa una amiga de mi hija llorando, muerta de los nervios, porque el taxista que la traía le preguntó que de qué lado estaba: si con Mel o con Micheletti y ella tuvo miedo de dar cualquier respuesta. ¿Es esta la democracia que queremos?...
Regina Fonseca
Centro de Derechos de Mujeres
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