María Luisa Rosal:
“La Escuela de las Américas sigue siendo la misma institución
que no respeta los derechos humanos”
Pablo Ruiz
En
noviembre se cumplen nada menos que 24 años de las
movilizaciones en EEUU que demandan el cierre de la
Escuela de las Américas que desde 1984, luego de ser
expulsada de Panamá, se encuentra ubicada actualmente en
el interior de Fort Benning, en el estado de Georgia.
Las protestas comenzaron en 1990 con un ayuno frente al
regimiento militar y donde participaron unas diez
personas lideradas por el sacerdote Roy Bourgeois quien
comprendió el vínculo directo entre el entrenamiento que
reciben los militares latinoamericanos en la Escuela de
las Américas del Ejército de EEUU y los miles de
asesinatos, desapariciones y torturas que han sucedido.
Hoy son miles los que llegan a la protesta y se
congregan en el frontis de la academia militar para
demandar su cierre definitivo como el cambio de la
política exterior estadounidense.
Conversamos con María Luisa Rosal, de SOA Watch, el
Observatorio de la Escuela de las Américas.
- ¿En que contexto se realizarán las protestas contra la
Escuela de las Américas este año?
Este año se cumple el 25 aniversario de la masacre de la
Universidad Centroamericana, la UCA, en El Salvador, y
nos vamos a reunir nuevamente para denunciar a la
Escuela de las Américas. Vamos a recordar el martirio de
los padres jesuitas y también de Elba y Celina Ramos
quienes trabajaban con ellos. En este 25 aniversario,
queremos seguir articulando y profundizando las luchas,
haciendo las conexiones con otras luchas importantes,
que se están dando contra el militarismo. Situamos a la
Escuela de las Américas en un marco mucho más grande que
es el militarismo. Queremos seguir haciendo esas
conexiones no sólo para denunciar a la escuela y la
práctica sistemática de violaciones a los derechos
humanos que generaron en todo el continente, exigir su
cierre y al mismo tiempo exigir un cambio en la política
exterior de EEUU hacia América latina. Dentro de las
mismas comunidades de acá, se ha estado viendo en los
últimos años, hay represión y criminalización de la
protesta social y la militarización en las comunidades.
- Las autoridades intentaron limitar este año la protesta…
No es la primera vez que han intentado impedir la
realización de esta convergencia. Ya sería como la
tercera o cuarta vez que tratan de impedir esta
movilización que es un derecho constitucional. Derecho
contemplado por la misma Constitución a la protesta, a
la libertad de expresión. Intentaron quitarnos este
derecho. Querían limitarnos a tener solamente 200
personas en un espacio determinado lo que es
prácticamente imposible dado que nuestro movimiento
viene siendo una de las convergencias y uno de los
movimientos antimilitaristas más grandes en EEUU que
desborda el número de 200 personas. Por ejemplo, el 2006
llegamos a ser más de 20.000 personas. Entonces estaban
pidiendo algo que es imposible y que no se puede limitar
ya que tenemos ese derecho constitucional.
- ¿Cómo lograron revertir esa decisión?
Tras una campaña que lanzamos, para buscar apoyo,
logramos entregar una carta a la policía de Columbus con
más de 7000 firmas de ciudadanos estadounidenses,
además, más de 85 firmas de organizaciones de EEUU y una
carta de nuestros aliados de América latina, incluyendo
la firma del Premio Nobel de la paz, Adolfo Pérez
Esquivel. A esto debemos agregar el apoyo de 12
congresistas de EEUU. Entonces todo este esfuerzo se va
sumando y lleva mucho peso. La policía y los oficiales
de la ciudad de Columbus finalmente decidieron
retroceder en su postura porque en realidad sabían que
lo que estaban haciendo no era ni justo ni legal.
Entonces, a partir de allí, pudimos continuar con la
organización de la vigilia. Fue una victoria para el
movimiento, pero también demuestra las capacidades
organizativas de las organizaciones de base, se debe
reconocer en esto que la gente cuenta. Cuando las voces
se van sumando se puede lograr cambios importantes,
entonces hay que rescatar eso.
- ¿Tienes tú razones personales para estar protestando contra
la Escuela de las Américas?
Cada persona tiene un por qué. En mi caso, hicieron
desaparecer a mi padre el 12 de agosto de 1983 y esa
fecha nunca se olvida. Yo sólo tenía 8 meses, pero es
algo que forma parte de la memoria histórica de mi
familia y de la memoria colectiva de tantos familiares
que en el caso de Guatemala cuenta con más de 50 mil
desaparecidos. Me mueve, me conmueve, tener presencia
ahí para unir mi voz a otras voces que están clamando
por justicia, que están denunciando desde su espacio.
Entonces, para mí; sí es muy importante recordar,
compartir y denunciar. Tengo la posibilidad de usar mi
voz. Siempre digo que como ciudadana guatemalteca y
ciudadana estadounidense me tienen que aguantar, tanto
allá como acá, porque tengo derechos y los voy a
ejercer.
- ¿Qué significado tiene para ti decir los nombres de tantos
hermanos y hermanas asesinados en toda América Latina?
En lo personal creo que decir sus nombres le da ese lado
humano a la protesta. Es difícil ver eso cuando uno sólo
nombra las cifras. Al decir los nombres eso también da
cuenta de la magnitud del horror. Nombrar los nombres,
con apellidos, con sus edades, con los rostros de esa
realidad, al tener las cruces con los nombres, uno puede
ir visualizando. Imagínate que haya miles de personas
frente a la base y cada una llevando una cruz con un
nombre. Sin embargo, esas cruces no alcanzan a dar
cuenta de todas las personas que han sido asesinadas.
Entonces encuentro que decir los nombres en una forma de
acercarnos a esa realidad y también tenerlos presentes.
Cada vez que decimos sus nombres, decimos presente y eso
es algo simbólico y muy representativo de las luchas que
se dan en América latina.
- Nos puedes contar qué actividades tienen contempladas
durante los días de protesta en Fort Benning…
Arrancamos el viernes 21 de noviembre con talleres, con
foros. Este año habrán muchos talleres y foros,
conversaciones sobre Colombia, que es el país que sigue
enviando más soldados a la Escuela de las Américas.
También se realizaran muchos otros sobre México. No
solamente por la desaparición de los 43 estudiantes,
sino también sobre la guerra contra las drogas, la
política de EEUU, los tratados neoliberales, los
tratados de libre comercio. Entonces va a haber muchos
talleres, cerca de 50 talleres este año, tratando otros
temas como la lucha por la tierra, contra las
hidroeléctricas, contra la explotación de los recursos
naturales, la lucha de los movimientos sociales, las
luchas campesinas, también las luchas de acá en los
mismos EEUU contra el racismo, contra la militarización
de la policía.
También está contemplada una plenaria de bienvenida el
viernes por la noche acompañada por un concierto. Este
año contamos con la presencia de una compañera
hondureña, Carla Lara, y también un grupo de rock maya,
que se llama Sobrevivencia y también de un grupo de
hip-hop llamado Olmecas que vienen de Los Ángeles.
Entonces, hay muchos artistas que también son parte
importante para el movimiento y el arte en si como una
manifestación de afirmación a la vida y a la
resistencia.
El sábado 22 de noviembre, vamos a tener la octava
vigilia en “Stewart”
que queda al sur de la base militar de Fort Benning. Es
el centro de detención de inmigrantes más grande de
EEUU. Ahí hay alrededor de 1800 inmigrantes detenidos.
En realidad, no es un centro, es una prisión porque no
hay mucha diferencia entre un centro de detención de
inmigrantes y una prisión. Es un centro de lucro, es
privado, y con todas las violaciones a los derechos
humanos que esto pueda representar para las personas
detenidas ahí.
Estamos en solidaridad con las familias que tienen
familiares detenidos, que están esperando un proceso de
deportación. Cada año se reportan más de 400 mil
inmigrantes. Entonces tenemos esta vigilia para
denunciar estas prácticas de exclusión y criminalización
al inmigrante.
El sábado también, vamos hacer un plantón, una
manifestación, una afirmación a la vida, frente a la
base, con un concierto. Vamos a tener a personas de toda
América Latina ahí para hablar, incluyendo a jóvenes que
participaron en el encuentro en Venezuela, en julio
pasado, incluyendo también a jóvenes de Guatemala, El
Salvador, Nicaragua, Colombia, México y de acá de los
EEUU.
El domingo 23 de noviembre se realizará la convergencia
más simbólica que vamos a tener. Un espacio para
conmemorar a los mártires y aquellas personas que han
sido desaparecidas, torturadas, asesinadas, masacradas
por egresados de la Escuela de las Américas. Vamos a
tener un cortejo fúnebre para recordar y también para
decir los nombres de esos ausentes presentes frente a la
base que es donde se entrenan estos asesinos. No por
nada seguimos diciendo que aunque haya cambiado de
nombre sigue siendo para muchos la escuela de asesinos,
la escuela de golpes de Estado, de dictaduras. Y este
año la lista sigue creciendo, seguimos agregando nombres
porque sabemos que aunque hayan cambiado el nombre y
hayan clasificado los nombres de los egresados, las
violaciones a los derechos continúan, en países como
México, Colombia, Guatemala, Honduras, etc.
- A 24 años de las protestas contra la Escuela de las
Américas ¿Crees que sigue valiendo la pena estas
manifestaciones?
Definitivamente sí. Hay mucha gente que cuestiona esto
diciendo: “bueno, son más de 200 centros de
entrenamiento en EEUU para soldados, no solamente de
América Latina, sino de todo del mundo. ¿Qué impacto
puede tener el cierre de una de estas instituciones?”.
Agreguemos a eso, que ya hay escuelas como la Escuela de
las Américas en países como Colombia. Cuando hablamos
sobre el efecto multiplicador hablamos de esas nuevas
escuelas que existen.
Para mi sería una victoria muy grande el cierre de la
Escuela de las Américas. Una victoria simbólica, pero a
partir de esto debemos ir cambiando, profundizando,
luchando por una cultura de paz y no una cultura donde
predomine la militarización. Una cultura de paz
acompañada de justicia. Entonces simbólicamente importa
porque todavía la Escuela de las Américas es la
institución más emblemática para América Latina de la
política de EEUU hacia la región. No es por nada que no
han querido cerrar esa escuela, sigue existiendo. Hasta
le cambiaron el nombre para limpiar la imagen que tiene
pero no han podido hacerlo y nosotros nos hemos
encargado de que no se olvide que sigue siendo la misma
institución, que no respeta el estado de derecho, no
respeta la vigencia de los derechos humanos, la
soberanía.
En concreto, hay que cerrar la Escuela de las Américas y
hay que seguir luchando. El día que se cierre esta
escuela se va a poner más duro el trabajo porque ahí
tenemos que ir cerrando otras escuelas semejantes a la
Escuela de las Américas en todo el continente.
Parar la impunidad
- En enero del 2015 se retoma el juicio a Ríos Montt en
Guatemala ¿Qué opinión tienes de este caso?
La sentencia que se dio en mayo del 2013 pasado fue muy
importante para la memoria histórica de Guatemala
porque, más allá de la sentencia, rompe con un silencio
muy grande, muy fuerte. En Guatemala se maneja mucho el
miedo. Entonces muchas personas fueron a declarar las
violaciones que habían sufrido por primera vez y esto
fue muy importante para cambiar el discurso oficial que
niega que hubo genocidio en Guatemala.
De hecho uno de los primeros actos que hizo Otto Pérez
Molina, el actual Presidente de Guatemala, que también
es egresado de la Escuela de las Américas, y quien fue
una de las personas que supervisaron las campañas de
“tierra arrasada”, fue decir que en Guatemala no hubo
genocidio.
Entonces que hayan anulado la sentencia para las
personas que sufrieron las violaciones, que en realidad
fue en todo el país, no se puede revertir esta
sentencia. Sin embargo, en el ámbito legal es importante
que se de este proceso con todas las complicaciones que
esto implica y reiniciar este caso. No sólo para hacerle
frente a las personas que niegan que hubo genocidio,
sino también para hacer una contra memoria, para hacerle
frente a la impunidad que existe en Guatemala y en
Guatemala existe mucha impunidad. Según las cifras es de
un 98%. Vale decir, de 100 casos se resuelven 2.
Entonces, es muy importante. No solamente ese caso, sino
también otros casos que son igualmente importantes
- Finalmente, ¿Crees que hay condiciones en este nuevo juicio
para que se condene a Ríos Montt?
Yo creo que sí. Creo que la sociedad poco a poco está
abriendo esa oportunidad, de tener esas conversaciones.
Yo creo que el acceso a la justicia en Guatemala es muy
complicado, es muy difícil, pero sí, yo creo que sí, y
aunque no hubieran las condiciones son cosas que se
tienen que dar y como muchos otros casos ante la
denegación de la justicia en Guatemala se tiene que
seguir luchando y buscando cómo judicializar los casos;
ya sea en un ámbito regional como sería llevar este
caso a la Comisión Interamericana o a la Corte.