Conversamos con Adriana Portillo-Bartow, una de las tantas valerosas mujeres que
a lo largo de Am�rica Latina han seguido la lucha por la verdad y la justicia
por nuestras y nuestros detenidos desaparecidos. Ella, sin duda, es guardiana de
la memoria para que no, nunca m�s, vuelva el terrorismo de Estado.
� �Queremos pedirle que se pudiera presentar?
Me
llamo Adriana Portillo-Bartow, soy guatemalteca y he sido por muchos a�os una
defensora de los derechos humanos. Soy sobreviviente de la guerra en Guatemala,
perd� siete miembros de mi familia, durante la guerra, y he hecho mucho trabajo
de derechos humanos aqu� en los Estados Unidos y en otras partes. En los �ltimos
4 � 5 a�os me he dedicado enteramente a la b�squeda de justicia para mi familia
desaparecida y a la b�squeda de la verdad sobre lo que ocurri� con los miembros
de mi familia detenida y desaparecida el 11 de septiembre de 1981 en Guatemala.
Estos son mi pap�, Adri�n Portillo; mi madrasta, Rosa Mu�oz de Portillo; una
cu�ada, Edilsa �lvarez Morales; mi hermanita de un a�o y medio, Alma Argentina
se llamaba; y mis dos hijas mayores, Rosaura Margarita � Chaguita le dec�amos �
y mi hija Glenda Corina. Chaguita ten�a diez a�os y Corina ten�a nueve a�os.
Entonces, mi trabajo en los �ltimos a�os ha sido la b�squeda por la justicia y
la verdad.
� �El caso de su familia desaparecida est� en la justicia?
S�, el caso fue llevado ante el Ministerio P�blico (MP), en 1998, y durante los
�ltimos veinte a�os, el caso pas� de mano en mano, de fiscal en fiscal. Hubo
fiscales que trataron de conseguir amnist�a para los responsables del secuestro
y desaparici�n de mi familia. El expediente se perdi� muchas veces, incluso hubo
fiscales que expresaron que ten�an miedo de investigar y, por lo tanto,
realmente no lo dieron atenci�n al caso.
� En esas circunstancias �Qu� hizo usted?
Para cosa de unos dos a�os despu�s yo entr� en contacto con el Grupo de Apoyo
Mutuo (GAM), que fue fundado en 1983, creo yo, y que se dedica a la b�squeda de
personas desaparecidas. Fue entonces cuando, ya con el equipo de abogados del
GAM, se le dio otra vez impulso al caso. Lo primero que se hizo fue solicitar
una audiencia de primera declaraci�n o anticipo de prueba, y viaj� cinco veces a
Guatemala porque el juzgado nos pon�a una fecha para la audiencia y despu�s nos
cancelaban la audiencia.
� �Qu� paso en la primera audiencia?
En la primera audiencia, los abogados del GAM empezaron a hablar del caso, pero
la jueza dijo que ella no sab�a de qu� estaban hablando porque ella ten�a en sus
manos un expediente por tenencia ilegal de armas. �Te puedes imaginar hacer ese
viaje para esto! Fue, verdaderamente, encolerizante para serte franca. Bueno,
pusieron otra fecha, volv� a viajar, me dijeron que no, no, que la audiencia se
hab�a cancelado. Se hizo otro viaje, ya con otra fecha y ocurri� lo mismo.
Los fiscales del MP estaban muy molestos porque eso era �obstrucci�n de
justicia� y solicitaron el expediente, y resulto que el expediente estaba
perdido, que no lo encontraban. Se present� una queja en contra de la jueza, y
del juzgado y, al d�a siguiente, el expediente apareci� en una caja fuerte. Se
puso otra fecha para otra audiencia y, a la quinta vez, pude reunirme con la
jueza para dar mi anticipo de prueba. Fue muy dif�cil, pero al mismo tiempo
satisfactorio y doloroso porque esper� veinte a�os para poder dar esa primera
declaraci�n que debi� darse en los primeros tres meses, despu�s de sometido el
caso al MP.
� La jueza al parecer no quer�a investigar este caso�
La jueza, averiguamos, es hermana de un general retirado que en los a�os ochenta
fue parte de �la oficinita�, una oficina que hab�a en el Palacio Nacional, que
era una agencia de inteligencia del ej�rcito y que est� involucrado en actos de
violencia pol�tica en contra de mucha gente en Guatemala. Al ver esto se decidi�
solicitar a la Corte Suprema de Justicia para que el caso sea movido a alg�n
Juzgado de Mayor Riesgo. Estamos a la espera de que la Corte apruebe esa
solicitud.
� �El gobierno de Guatemala ha hecho algo para encontrar a los desaparecidos?
No, no, definitivamente no, de hecho, hay un proyecto de ley que ya tiene m�s de
diez a�os en el Congreso para que se apruebe la formaci�n de una comisi�n de
b�squeda de los desaparecidos durante la guerra. Por otra parte en el Ejecutivo
no hay ning�n inter�s, por supuesto.
Ahora, s�, el MP tiene varios departamentos que fueron creados durante la
administraci�n de la fiscal Claudia Paz y Paz. Entre ellos se cre� la fiscal�a
de derechos humanos y se cre� la fiscal�a de los casos paradigm�ticos que
tuvieron lugar durante la guerra. Estos son los casos que la Comisi�n para el
Esclarecimiento Hist�rico public� como los m�s representativos, emblem�ticos, de
lo que ocurri� en Guatemala. Dentro de esos cien casos, el caso n� 87 es el de
mi familia.
Entonces de parte de los fiscales, s�, hay mucho inter�s. Yo he estado muy
activa, pendiente de lo que se est� haciendo el MP; viajando a Guatemala, para
reunirme con ellos. Quiz�s no exigiendo, pero s�, bueno tal vez s� exigiendo,
pero de manera educada, verdad, para que el caso se mueva y no quede estancado
otra vez.
� �Y las FFAA, los militares, han colaborado en la investigaci�n?
No, no, en este sentido ellos no han colaborado, no
s�lo no han colaborado, se han negado a colaborar. El ej�rcito dice que no
tienen archivos de ning�n tipo, que los quemaron, entonces no hay,
absolutamente, ning�n deseo de ser part�cipe de la b�squeda de los
desaparecidos, y, especialmente, de los ni�os y las ni�as. No hay por parte del
ejecutivo, incluso del judicial, mucho inter�s, mucho deseo, en que esos casos,
verdaderamente, sean llevados a la Corte y los responsables castigados con todo
el peso de la ley. En contraste, el MP est� muy involucrado, muy interesado. Una
de las cosas que se hizo en este �ltimo viaje fue que mi hermano Antonio viajara
a Guatemala, como el �nico testigo presencial del secuestro de nuestro padre
porque �l estaba presente cuando �l fue secuestrado de su lugar de trabajo.
� Las condenas a los militares involucrados en el caso Molina Theissen �qu�
significo para usted?
Para mi signific� varias cosas. Yo fui testigo en el juicio y ante el tribunal
di mi declaraci�n como madre, hija, hermana, hijastra, cu�ada de mi familia
desaparecida. Para m� fue muy poderoso poder estar en esa sala y decir ante un
tribunal, narrar lo ocurrido con mi familia y especialmente con las tres ni�as.
Lo que buscaba mi testimonio, en ese caso, era demonstrar que Marco Antonio no
fue el �nico ni�o desaparecido que, realmente, era una pol�tica contrainsurgente
la de separar familias, de secuestrar y desparecer ni�os y ni�as.
Entonces, en ese sentido signific� para m� recobrar mi voz, p�blicamente, en
Guatemala, ante jueces y ante el pueblo de Guatemala y la comunidad
internacional. En segundo lugar, el fallo, para m�, para mi familia, y estoy
segura que para familiares de ni�os y ni�as desaparecidas, signific� que, a
trav�s de Marco Antonio, a trav�s de Emma, se hizo justicia para todos nosotros
y nosotras con ese fallo.
Adriana Portillo-Bartow luego de declarar en el
caso Molina Theissen
�Entonces la condena del caso Molina Theissen hizo justicia?
S� y no. En el sentido de que se hizo justicia para Marco Antonio y para Emma y
que se hizo justicia para los miles de ni�os y ni�as que desaparecieron, s�,
pero es simb�lica esa justicia, no es justicia real. Entonces, s� ayuda, pero
mientras no veamos la justicia real en cada caso de desaparici�n forzada,
nosotros los familiares, no podremos descansar, no podremos tener la paz que
anhelamos. Yo pienso que la familia Molina Theissen alcanz� ciertos niveles de
paz al ver que se hizo justicia para ellos. Nosotros todav�a no tenemos eso y
esperamos que un d�a se pueda hacer justicia para verdaderamente decir �bueno,
ahora puedo descansar, ya los responsables han sido castigados�. La paz
completa, solamente se alcanzar�a con la justicia y la verdad, saber que ocurri�
con nuestros desaparecidos y desaparecidas.
� Hay personas que dicen que ser�a mejor olvidar �Qu� importancia tiene la
memoria?
Yo le dir�a que la memoria de lo ocurrido en Guatemala no es s�lo de los
sobrevivientes, no es s�lo de los familiares, es la memoria hist�rica del pa�s
que tiene que reconocerse y aceptarse porque eso asegurar�a que no se repitieran
esos hechos tan atroces. Significar�a tambi�n la reconciliaci�n, porque sin la
verdad, sin la justicia, no puede haber reconciliaci�n y a m� me han dicho
varias personas, incluso un familiar me dijo una vez � �ya, deja de estar
busc�ndolos, busc�ndolas, d�jalo atr�s, eso no te permite vivir en paz� � y yo
le respond� �como puedo yo dejar atr�s a mi padre, a mis hijas, a mi hermanita,
a mi madrasta y mi cu�ada, es que es imposible�.
Yo me he obligado a recordar; es doloroso recordar, es doloroso vivir con esos
recuerdos. Pero, cada d�a yo me obligo a no olvidar porque es la memoria de los
ni�os, es la memoria de todos. Yo siento que soy como un recipiente de esa
memoria, as� como lo son tantas otras personas en Guatemala y en otros pa�ses
tambi�n. As� es que para nosotros est� prohibido olvidar, no es permitido
olvidar, porque esos hechos atroces no se pueden olvidar. Si se olvidan
volver�an a ocurrir y eso es lo que no queremos nosotros.
� Finalmente, �Qu� la motiva a usted a seguir adelante?
Lo que siempre me ha motivado a seguir adelante, aunque parezca extra�o, verdad,
es el dolor de la perdida y la esperanza de que un d�a se va hacer justicia y
voy a saber la verdad de lo ocurrido con mis familiares. Me mueve tambi�n la
solidaridad de la gente, porque a veces una se siente muy sola en su dolor.
El dolor que es como mi motor, mi gasolina, yo antes lo llevaba sobre los
hombros, y, f�jate, que es muy curioso porque yo caminaba, as� como un poco
encorvada, y he estado por mucho tiempo en terapia psicol�gica, hace unos tres
a�os que la dej�, pero estaba yo con mi psic�loga y platicamos y yo me iba
encorvando, encorvando hasta que mi cabeza tocaba mis rodillas, �f�jate!
Y, ahora, ya no veo mi dolor como una carga, sino que lo veo como ese motor que
me mueve, como ese casi hasta amigo que est� conmigo ah�, todos los d�as, se ha
convertido hasta en semilla. Los campesinos no cargan las semillas que van a
sembrar en la espalda, sino que la cargan en frente, en su pecho, llevan una
bolsa y as� llevo yo mi dolor y eso es lo que realmente me mueve a continuar
adelante, a no cerrar y a no olvidar y a no perdonar, tampoco. �Hasta que se
haga justicia!