En
la ciudad de Tocoa y con las voces de cientos de mujeres y
hombres de las comunidades del Bajo Aguán que enfrentan la
presencia militar, policial y paramilitar en la zona, en
acompañamiento de organizaciones sociales, indígenas, negras y
populares que igualmente se confrontan con esta problemática en
todo el país, y con presencia solidaria internacional, se
realizó el Encuentro con los objetivos de informar la situación
de militarización a nivel global, debatir sobre las experiencias
y fortalecer las propuestas políticas del movimiento social que
lucha contra la militarización en todas sus expresiones.
Con la
memoria de otros encuentros y actividades realizadas en el país,
y en Latinoamérica y el Caribe, que han identificado la
militarización como forma de control que los sistemas de
dominación capitalista, patriarcal y racista ejercen contra los
pueblos y sus territorios, se desarrollaron intervenciones,
discusiones y mesas de trabajo para fortalecer propuestas
articuladas ante esta realidad que avanza en Honduras. En
distintas participaciones se explicó cómo el incremento de la
militarización se relaciona con el plan de dominio imperial y
sus estrategias de intervención que en el caso de Honduras se
asentó a sus anchas a partir del golpe de estado y sus
regímenes. Este plan se propone despojar a los pueblos del mundo
de los bienes naturales, culturales, y espirituales que les
pertenecen.
El evento se
desarrolló mientras se ha decidido un aumento de efectivos
militares y armas en el Aguán bajo el operativo Xatruch II,
presencia que estuvo manifiesta en el Encuentro a través de
amenazas y vigilancia continua. El contexto hondureño en los
últimos días se caracteriza por fortalecer un estado militarista
que destina fondos públicos, que deberían ser para educación y
salud, al presupuesto para la guerra contra el pueblo hondureño
a nombre de una seguridad que sólo favorece a los empresarios,
terratenientes y narcos. En ese marco también se han
incrementado las bases militares norteamericanas en el país en
La Mosquitia y Guanaja.
Como
contraparte a esta lógica, en el Encuentro hablaron los pueblos,
cantaron los grupos populares y artistas, se manifestaron los
espíritus que protegen a quienes que luchan y se consolidó la
solidaridad militante con el Bajo Aguán. Con espíritu crítico
las y los participantes valoraron los avances que el movimiento
social diverso ha hecho enfrentando la guerra de baja intensidad
que se ha puesto en marcha con toda su maquinaria de secuestros,
asesinatos, agresiones ideológicas y otras formas de represión
planificada y sistemática.
Las
reflexiones y propuestas colectivas apuntan a que frente al
estado fallido actual que es al mismo tiempo una estrategia
planificada del imperialismo para intervenir a los pueblos,
frente a la receta de muerte y violencia que proponen los
cuerpos represivos, el camino a recorrer es el de la autonomía
popular de los procesos políticos, culturales y económicos, la
unidad en la diversidad de los pensamientos, la rebeldía de la
palabra y la organización, y de manera urgente la necesidad de
asumir un pacto social popular que enfrente no sólo el
militarismo sino el plan imperial de dominio económico, social y
cultural. Este pacto tendrá que convocar a las fuerzas
progresistas del país, comunidades y pueblo conciente en general
para enfrentar las problemáticas profundas de miseria,
explotación y violencia en todas sus expresiones, especialmente
la creciente criminalización de la lucha social.
Los acuerdos
tomados por la Asamblea fueron puestos en una serie de
iniciativas locales, regionales y nacionales que hacen parte de
un plan de acción, que será articulado y monitoreado por la Red
Nacional contra la Militarización, Represión y Ocupación en
Honduras. Algunas de las acciones y compromisos urgentes
incluyen la instalación de un observatorio permanente de
derechos humanos en la zona del Aguán, el desarrollo de
procesos de formación en defensoría comunitaria, la continuidad
de las campañas de denuncia nacional e internacional y la
intensificación de la organización y movilización popular que
logre la salida total de fuerzas represivas del Aguán y en otros
territorios.
Además, este
encuentro se pronuncia con profunda convicción y fuerza de la
siguiente manera:
Nos
solidarizamos en actos y palabras con las víctimas de la
militarización y la represión en el Bajo Aguán y saludamos su
fuerza y resistencia.Condenamos la brutalidad con que se violan
sistemáticamente sus derechos humanos personales y colectivos.
Condenamos el
asesinato de la compañera Enelda Fiallos y del compañero Carlos
Humberto Martínez, hechos sucedidos durante la inauguración y
cierre de nuestro Encuentro contra la militarización
Nos
declaramos en continua y entusiasta resistencia a favor de la
paz con dignidad y justicia para el pueblo de Honduras y los
pueblos del mundo.
Como mujeres
y feministas repudiamos la militarización porque la entendemos
como la expresión más violenta del patriarcado que se ensaña en
nuestros cuerpos y vidas.
Apoyamos las
campañas por la salida de las tropas de ocupación de la MINUSHTA
en Haití, pueblo heroico, hermano e inspiración de nuestra
lucha.
Nos
solidarizamos con la lucha de nuestras hermanas y hermanos de
Colombia y todos los pueblos invadidos que por años han
resistido al conflicto armado y siguen construyendo sus
proyectos de vida.
Rechazamos la
presencia militar, policial, y paramilitar en el Bajo Aguán y
repetimos el Aguàn no es cuartel, fuera ejército de el.
Nuestro
compromiso es con la vida y el derecho a ser felices, por el
respeto a los seres humanos integrales y a la naturaleza, por la
soberanía y autodeterminación de las comunidades, de los pueblos
y las personas.
Nos
autoconvocamo para realizar un segundo ENCUENTRO CONTRA LA
MILITARIZACIÒN, REPRESIÒN Y OCUPACIÓN EN HONDURAS.
¡Para
callar las armas, hablemos los pueblos¡
¡Contra la
ocupación, represión y la militarización, más lucha y
organización¡
Tocoa,
Colón, 2 de octubre del 2011