La Escuela de las Am�ricas
Por Jorge E. Illueca
Ex Presidente de la Rep�blica de Panam�
La distinguida periodista paname�a, Betty Brannan Ja�n, radicada en Washington, merecedora de mi mayor respeto, dedic� su cr�nica del domingo de la semana pasada a los v�nculos que tienen con Panam� los pre-candidatos dem�cratas John Ferry y Wesley Clark. Refiri�ndose a Wesley Clark, pone de relieve que en su rol de Jefe del Comando Sur, con sede en Panam�, abog� en 1996 y 1997 "por una prolongaci�n de las bases estadounidenses en el Istmo y defendi� la notoria Escuela de las Am�ricas, que algunos tildan de "Escuela para dictadores" o "Escuela para asesinos". A continuaci�n nos dice: "recordar�n que esa Escuela que ofrece adiestramiento a militares latinoamericanos, estuvo en la Zona del Canal de 1946 a 1984, cuando fue trasladada a Fort Benning, Georgia." La autora no menciona los motivos que dieron lugar a ese traslado, que figura en los anales de las relaciones entre Panam� y los Estados Unidos, con sus l�gicas repercusiones en el resto del continente, como se aprecia en varios centenares de referencias que registran los sistemas de informaci�n en Internet.
Entre los antecedentes dignos de menci�n, figura un art�culo de W.E. Gutman (1995 Z Magazine) que se�ala que "La Escuela de las Am�ricas fundada en Panam� en 1946 fue reubicada en 1984 en Fort Benning, Georgia, cuando el Presidente paname�o Jorge Illueca la desaloj� de su pa�s".
El 31 de julio de 1984 en el Mausoleo de Omar Torrijos, ante una nutrida concurrencia congregada para conmemorar el tercer aniversario de su muerte, en mi condici�n de Jefe del Ejecutivo y a sabiendas de que actuaba en pugna con el criterio del General Manuel Antonio Noriega, a la saz�n Jefe de las Fuerzas de Defensa, declar� que "las �reas e instalaciones de la Escuela de las Am�ricas y el Fuerte Gulick a partir del 1 de octubre de 1984 quedar�n bajo exclusiva soberan�a y jurisdicci�n de la Rep�blica de Panam�... y en ellas ondear� en forma �nica y absoluta la bandera de Panam�".
Mis palabras fueron reproducidas profusamente por la prensa y los medios de comunicaci�n internacionales. En s�ntesis, se trasmiti�, entre otros conceptos, "que el Presidente de Panam�, Jorge Illueca, describi� a la Escuela de las Am�ricas como la "la base m�s grande para la desestabilizaci�n en Am�rica Latina". El New York Times coment� que "una instituci�n tan claramente por fuera de los valores americanos... debe ser cerrada sin vacilaci�n".
La clausura de la Escuela de las Am�ricas en nuestro territorio no fue tarea f�cil y para hacerla efectiva como Jefe del Ejecutivo tuve que superar serias dificultades. Testimonio hist�rico de esta situaci�n fue ofrecido a la ciudadan�a por el Coronel Roberto D�az Herrera en la edici�n del 25 de junio de 1997 del diario El Universal de Panam�. Aludiendo a lo que llam� mi probado nacionalismo y a mi posici�n frente al Centro Multinacional de Howard (CMA) y a sus aristas, D�az Herrera trajo a colaci�n una an�cdota personal que relat� as�:
"Siendo Presidente de la Rep�blica el Dr. Illueca se cumpl�a el calendario pactado para la reversi�n de Fort Gulick a Panam�. La telara�a geopol�tica de Centroam�rica, ten�a de punta los nervios del State Departament, la CIA y el Pent�gono. La tensi�n con los sandinistas, la injerencia directa de los cubanos en esa �rea, la guerrilla de El Salvador y otros conflictos, hicieron girar, como es conocido, sobre nuestro pa�s y aquel general de entonces, la suerte de varias aventuras escabrosas como las que pivotearon el Secretario de Defensa Weinberger y el Coronel Oliver North".
"En clara violaci�n del tratado Torrijos-Carter, -agrega D�az Herrera- el suelo paname�o se utiliz� para enviar armas para los combatientes antisandinistas a trav�s del General Bland�n de El Salvador y otros jefes de ej�rcitos centroamericanos. Estados Unidos, ante la amenaza roja en el �rea cercana a la v�a acu�tica, necesitaba mantener sus sitios de entrenamiento militar en Panam�. El problema de Washington era comprensible".
"El calendario torrijista -continuaba D�az Herrera- los asfixiaba frente a las contingencias no previstas. Los sitios de entrenamiento de la famosa Escuela de las Am�ricas, eran irremplazables. La topograf�a del terreno, las condiciones tropicales de lluvia y selvas, algunos brazos importantes de r�os, entre otras cosas, calcaban incomparablemente el �rea tropical de Nicaragua, escenario tormentoso de una lucha que sacudi� al capitolio de Washington y, posteriormente, amenaz� con dejar al descubierto las lacras del "Ir�n-Contras affair". Personalmente en ese tiempo fui excluido a prop�sito de las reuniones que celebraban con dos o tres de los altos militares americanos en Quarry Heights o la Embajada Americana de La Cresta, sobre el incide de estos asuntos. Simplemente no se me invitaba. Seguramente, y lo comprend�, no era de confianza. Esto sirve como introito de aquel momento en que se me llama para ordenarme:
General Noriega: Quiero que vayas con Justines donde Jorge Illueca y le digas que necesitamos una pr�rroga de un par de a�os para la reversi�n de Gulick a Panam�.
Coronel D�az Herrera: �Me est�s hablando de romper la fecha pactada para recibir Gulick, que ya ha sido anunciada?
General Noriega: S�, y no le pongas reparos, porque hay elementos estrat�gicos que no conoces. Simplemente p�dele que necesitamos prorrogar m�s la utilizaci�n de ese Fuerte por los americanos.
D�az Herrera: "Las �rdenes se cumplen sin duda ni murmuraciones, porque el �nico responsable de las consecuencias que aquellas traigan las tiene el superior que las imparte". As� dec�a la ense�anza peruana sobre la subordinaci�n, que tan flagrantemente viol� despu�s de oponerme al crimen. En este caso el asunto era de �ndole principalmente pol�tico, adem�s de su relevante tema militar. Nos presentamos a la brevedad donde don Jorge (Nota del autor: En realidad la delegaci�n militar que visit� al Presidente Illueca estuvo integrada por el Coronel Roberto D�az Herrera, el Coronel Marco Justines y el Coronel Bernardo Barrera). Sent� que ol�a la visita militar. Lo vi cort�s como siembre, pero severo, defensivo casi. El dialogo, escueto, breve, tenso. Hable Yo:
Coronel D�az Herrera: Dice el Comandante que se hace necesaria la pr�rroga de la utilizaci�n de Fort Gulick por razones geopol�ticas para los americanos.
Francamente no pudimos seguir explicando nada, y para mi regocijo personal, la voz de Illueca se alter� profundamente.
Illueca: D�gale a su Comandante que de ning�n modo cuente conmigo para eso. La fecha tope de Gulick se cumplir� o yo no soy m�s presidente. (Nota del Autor: Recuerdo que adem�s les ped� a los Coroneles D�az Herrera, Barrera y Justines que le dijeran al General Noriega que en el asunto de la Escuela de las Am�ricas "estamos en el kil�metro cero").
Coronel D�az Herrera: La noticia sacudi� a mi coyuntural jefe.
General Noriega: Que vaina se ha cre�do este. Pero deja eso en mis manos. Yo le voy a hablar personalmente.
D�az Herrera: Fort Gulick retorn�, que yo sepa, en aquella fecha pactada a Panam�.
"La ilustraci�n muestra que don Jorge no acepta pasos atr�s en materia de entregar conquistas nacionales, aunque todos estemos de acuerdo en negociar nuevas posiciones y ventajas para Panam� y que los tiempos han cambiado. Lamentablemente, -concluy� D�az Herrera- los candentes temas cotidianos del desempleo, la crisis econ�mica negada, el problema de los educadores y las penurias del d�a a d�a, no nos permiten presionar para que a todos se nos expliquen, con meridiana claridad, los asuntos relacionados con la herencia nacional del siglo: El Canal y las �reas revertidas".
El 1 de octubre de 1984 en el discurso que pronunci� al presidir la ceremonia de la izada de la Bandera Paname�a en Fuerte Gulick y la antigua "Escuela de las Am�ricas", y de la cual estuvo ausente el General Noriega, Comandante de las Fuerzas de Defensa, entre otras cosas, declar� lo siguiente: "Hoy revierten a Panam� 362 hect�reas, 32 edificios y obras de infraestructura y comunicaciones en donde hasta ayer funcionaron el Fuerte Gulick y el plantel de entrenamiento militar llamado "Escuela de las Am�ricas" .
"La cesaci�n del funcionamiento de la Escuela de las Am�ricas resguarda a nuestro pa�s de imputaciones infundadas sobre la tolerancia del uso de su territorio para la preparaci�n de contingentes destinados a intervenir en acciones b�licas y pol�ticas en terceros pa�ses que suscita amargas controversias en la esfera mundial. Ello fue motivo para que Panam� fuese se�alada no tanto por servir de centro de instrucci�n militar para latinoamericanos sino como establecimiento de una enorme base para provocar el resentimiento y desestabilizaci�n de varios pa�ses a tiempo con la amenaza de utilizar la fuerza como medio de resolver militarmente las divergencias y controversias entre pa�ses hermanos de la regi�n".
Afirmando en el altorrelieve de nuestra geograf�a f�sica hoy, en nombre de la naci�n paname�a, reincorporamos al Fuerte Gulick al mapa espiritual de la Rep�blica".
La referencia sobre las preocupaciones del pre-candidato dem�crata Wesley Clark al abogar en 1996 y 1997, como Jefe del Comando Sur, por la restauraci�n de la Escuela de las Am�ricas, tiene que ver con los intentos que se hicieron de establecer en Panam�, con los auspicios de los Estados Unidos, el Centro Multilateral Antidrogas (CMA). As� se puede apreciar en el memorando que present� el 17 de marzo de 1998 al embajador William J. Hughes de los Estados Unidos, en el cual hice la advertencia de nuestra oposici�n a la creaci�n de una Nueva Escuela de las Am�ricas. En el proyectado CMA se contemplaba la conformaci�n de un Instituto de Capacitaci�n para la educaci�n profesional y capacitaci�n t�cnica del personal militar y civil de las partes del CMA. El establecimiento de este instituto daba asidero para considerar que era un esquema para la reactivaci�n de la Escuela de las Am�ricas que fue clausurada por nosotros el 1 de octubre de 1984 con el benepl�cito de importantes sectores de los Estados Unidos y de Am�rica Latina. El CMA no cristaliz� y tampoco cristaliz� la reactivaci�n de la Escuela de las Am�ricas en territorio paname�o.
Publicado en El Panam� Am�rica el lunes 9 de febrero de 2004.