Create your own web pages in minutes...
SOAW LATINOAMERICANA
www.soawlatina.org
www.soaw.org
No más soldados latinoamericanos a la Escuela de las Américas
 
Palabras de Daniel Ortega

Rector Magnífico de esta Universidad de Ingeniería, recordándonos ese pensamiento profundo y profético de Carlos Martínez Rivas: “La juventud que no descansa ni de noche, ni de día”. Esa juventud estudiosa, que nos acaba de dar una presentación artística, ese grupo de danza lleno de energía, el coro, el conjunto, todos estudiantes... ¡cuánta razón tenía y tiene  nuestro gran maestro, Carlos Martínez Rivas!  

Queridos hermanos, estudiantes, maestros, profesores, Decanos, miembros del Cuerpo de Dirección de esta Universidad Nacional de Ingeniería, ¡felicidades por su 25 aniversario!

No ha sido fácil construir, desarrollar el proceso de educación en todos los niveles en nuestro país, a lo largo de nuestra historia, ¡no ha sido fácil! En el año 1979, cuando triunfa la Revolución Popular Sandinista, nos encontramos con los resultados del crecimiento económico, de las exportaciones, a lo largo de decenas de años y para no ir muy lejos, en los últimos 45 años de la dictadura somocista impuesta por el imperio yanqui... ¡sí, había escuelas públicas y privadas! Pero, ¿cuántos niños y niñas podían llegar a esas escuelas públicas?

Y algunos ¡todavía se atreven a hablar y afirmar que esa fue la época de mayor bonanza de Nicaragua! refiriéndose a los datos económicos, a las exportaciones. ¡Claro que había exportaciones! era el momento del boom algodonero. Era el momento en que el precio del café era relativamente bueno, y el oro, mantenía un precio relativamente alto, antes de empezar su caída y ahora, nuevamente, en alza.

Ahí están los datos en la historia del Banco Central ¡es cierto! Exportaciones, muchos ingresos al país, pero ¿quiénes se beneficiaban con esa riqueza que producía Nicaragua? Se beneficiaban unos pocos y las niñas, niños, muchachos, muchachas, en esos tiempos cuando la población tenía un peso mucho mayor en el campo, el 60%, 70% en el campo, o dependiendo del campo, cuando no se concentraban todavía las poblaciones  en nuestras ciudades ¡eran la fuerza de trabajo de los que hacían el negocio!

Eran los cortadores de café, de algodón; familias enteras, el padre, la madre, los hijos a cortar café, algodón, caña. Campesinos que iban per-diendo la propiedad y se convertían en obreros agrícolas, deambulando de cosecha en cosecha, sin poder enviar a los niños a la escuela.

Por lo tanto, Nicaragua, independientemente de que tenía altos ingresos, vivía un régimen de injusticia, una dictadura brutal que no solamente reprimía y asesinaba con las balas, sino que ¡reprimía y asesinaba negándole la educación y la salud al pueblo!

En el 79, nos encontramos con una población que rondaba el 60% de analfabetos; hermanos y hermanas nicaragüenses, desde ancianos hasta niñas y niños, que se encontraban ¡en la total ignorancia! Creo que esa es la mejor prueba de lo que significaba, lo que todavía algunos siguen llamando: “los años de la prosperidad”.

¡Claro, era prosperidad para la dictadura! prosperidad para los grupos económicos que se enriquecían alrededor de la dictadura, que eran cómplices de la misma. Pero, eran años trágicos para nuestro pueblo.       

Con el triunfo de la Revolución, nuestra primera gran tarea fue alfabetizar, e inmediatamente, el imperio y sus peleles, como les llamaba Sandino... los peleles del imperio empezaron a criticar, cuestionar, a condenar la alfabetiza-ción. Esa gran Cruzada Nacional de Alfabeti-zación, en la que se unieron más de 100 mil muchachas y muchachos, para ir por todo el país hasta los lugares más alejados, a enseñar y aprender también del pueblo, de los campesinos.

A tal grado llegó la saña de los enemigos del bienestar y el progreso para el pueblo y los pobres, que con los restos de la derrotada Guardia somocista, impuesta por el imperio yanqui y entrenada en esa Escuela de las Américas, de la cual hoy nos ha hablado el Padre Roy Bourgeois; ellos ahí, organizaron fuerzas para ¡asesinar alfabetizadores!

No les interesaba un pueblo con educación, con cultura, con conocimientos. Igualmente, cuando nos dimos a la tarea de abrir las puertas de la educación primaria, secundaria, de la educación superior y en ese esfuerzo, entre otros, instalar esta Universidad, esta Escuela Nacional de Ingeniería.

La educación era y sigue siendo nuestro norte. La educación, la cultura, el conocimiento, porque ahí está el futuro de los pueblos, de las naciones, el futuro de la Humanidad. Pero, la edu-cación para todos; la cultura, el conocimiento para todos; la tecnología de punta, para todos. La batalla sigue planteada a nivel global.

Los países del norte desarrollado, encabezados por los Estados Unidos con sus políticas monopólicas, hegemonistas  en todos los campos y sobre todo, en el campo del conocimiento, ¡claro que sí! Porque todos sabemos que el conocimiento es poder y ellos, no quieren compartir ese poder con la Humanidad. Ellos quieren hacer uso de ese poder para mantener sobre la población de este planeta Tierra, la dictadura, la tiranía del capitalismo global.

¡Es una realidad! Lo que estamos diciendo es una realidad que incluso, provoca debates en los mismos países desarrollados; provoca debates en los Estados Unidos de Norteamérica, en Europa, en Japón, porque buena parte de esos pueblos han ido cobrando conciencia que ése no es el camino de la paz, no es el camino del progreso para la Humanidad.

El principio de la política del libre mercado o de mercado libre, son principios totalmente mentirosos. Los han establecido, con toda claridad, los que recientemente se han reunido, el Grupo de los Siete, el estado mayor de la tiranía del capitalismo global, ¡ellos están bien unidos! y siguen defendiendo sus políticas de, no libre mercado, cuando a ellos les conviene, y tratando de imponerle a los países en vías de desarrollo, las políticas de libre mercado, donde ellos pueden invadirnos con sus productos.

Darnos un tiempito, dicen, les vamos a dar un tiempito para que se puedan preparar a competir con el mercado norteamericano; o vamos a darles un tiempito, unos cuantos años, para que estén preparados para competir con el mercado europeo... lo cual es un planteamiento totalmente cínico, porque ¡no hay forma!

Estamos viendo en estos momentos, en México, centenares de miles de productores agrarios, pidiéndole al Gobierno, al Presidente, que se renegocie el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, porque, de lo contrario, como ya se vencieron los plazos, eso significa el hundimiento y la extinción de centenares de miles de productores mexicanos.

Luego, en los Estados Unidos estarán preocupados los que no quieren, ni pueden ver con sentido de justicia, las relaciones en el mundo. Estarán más preocupados todavía, para levantar más muros y evitar que lleguen más mexicanos a territorio norteamericano. Porque ¡es sencillo...! cuánto más desempleo en México, en Centroamérica, en América Latina, más migración habrá hacia Estados Unidos.

Yo se lo he manifestado con toda claridad a los representantes del Gobierno norteamericano, no solamente en los discursos públicos, sino cuando converso con ellos y les digo con toda franqueza, que si ellos no cambian de política... ¡y es difícil que el imperio de por sí vaya a cambiar de política! Es el pueblo norteamericano el que va a hacer cambiar de política al imperio. Pero, mientras ellos no cambien de políticas, no van a poder detener la avalancha de inmigrantes latino-americanos hacia los Estados Unidos.

La misma historia es para Europa, que invadió y se lucró de África, que esclavizó y comercializó con la vida de esos pueblos. Ahora, está siendo invadida por los hambrientos, por los desemplea-dos de África. No hay forma de detener esa invasión.

No puede Europa, con todo su poderío económico, detener esa invasión, ni pueden los Estados Unidos, con todo su poderío económico y militar, detener esa invasión silenciosa, sino se producen cambios dramáticos, profundos, en las relaciones económicas y comerciales en el mundo.

Cambios que acaben con la tiranía del capitalismo global y se establezca la democracia en el orden económico-social. ¡Que se acabe el principio de libre de mercado! y se establezca el principio del comercio justo, del mercado justo, de la solidaridad, complementariedad. Son los elementos básicos, y ahí se está librando la gran batalla en el mundo; una batalla que, estoy seguro, va a ir tomando cada día más fuerza, no solamente en nuestros pueblos, sino también en el mismo pueblo norteamericano.    

El hecho mismo de que un norteamericano, de raíces africanas esté, en estos momentos, destacándose en la batalla electoral para ser nominado por el Partido Demócrata... ¡la fuerza que ha tomado en la juventud! una juventud norteamericana que está trascendiendo los aspectos de discriminación racial, que han sido tan profundos en esa nación.

Porque no es solamente la juventud de origen, de raíces africanas, esa juventud negra, rebelde, valiente, la de Martin Luther King, de Malcom X. No solamente esa juventud es la que está librando esta batalla a favor de Obama, sino también, la juventud de las universidades norteamericanas de mayoría anglosajona, de raíces europeas, está despertando y apostando por ese candidato.

Estamos frente a un fenómeno que de por sí, es
revolucionario, lo que no significa que ya se esté produciendo la revolución en los Estados Unidos, que esté explotando la revolución de manera victoriosa en Estados Unidos, pero sí se están sentando las bases para un cambio revolucionario en los Estados Unidos.

Tengo la fe en Dios y en el pueblo norte-americano, sobre todo en esa juventud norteame-ricana que llegará el momento, en que se va a producir esa gran revolución, ese gran cambio y tendremos a unos Estados Unidos, actuando de una manera diferente, con sentido de respeto, de paz, de equidad, de justicia con las naciones de la Tierra.

El Reverendo Roy Bourgeois con su humildad, no nos ha recordado de la batalla que viene librando junto con otros hermanos y hermanas religiosas en los Estados Unidos. Batalla que viene librando como sacerdote católico, lleno de humanidad, de entrega, no de ahora, sino, desde hace varias décadas.

Yo diría que cuando el Reverendo Roy Bourgeois empezó esta batalla, era un muchacho, un joven, ¡sigue siendo un joven! pues tiene ese corazón siempre combativo. Se comprometió de lleno en la batalla por la paz en Centroamérica. Durante aquél período terrible de 1979 a 1990, fue de los que libraba la batalla, como lo sigue haciendo ahora, en las entrañas del monstruo... ¡que no es fácil!

Un sacerdote norteamericano movilizando a miles de jóvenes, miles de patriotas, para que en esas bases que él menciona, no se entrenara a soldados, oficiales, de ejércitos latinoame-ricanos, que eran utilizados como instrumentos de represión y muerte en contra de sus pueblos.

Jóvenes, llenos de deseos de seguir la carrera militar en sus respectivos países, que los mandaban allá, a esas bases que estuvieron primero en Panamá y luego pasaron a Estados Unidos, para convertirlos en torturadores, en asesinos. Por esas bases pasaron unos cuantos miles de oficiales, suboficiales, sargentos de la Guardia que los yanquis tenían en Nicaragua, la Guardia somocista. Allí los entrenaron, los pre-pararon, para asesinar al pueblo nicaragüense.

Igualmente del ejército salvadoreño, donde come-tieron horrendos crímenes como los que mencionó el Reverendo Roy Bourgeois. ¡Y las veces que ha tenido que visitar la cárcel! porque lo han detenido unas cuantas veces, en los Estados Unidos. ¡Ahí no andan respetando que sea sacer-dote católico! ¡Ahí no respetan...! La llamada Democracia norteamericana, no respeta libertad de expresión, ni derecho a protestar, y no respeta que sea un religioso, un sacerdote católico.

En ese período de 1979 al 90, lo encarcelaron unas cuantas veces y pasó, en ocasiones, unos cuantos meses guardando prisión. Él visitaba continuamente Nicaragua y estos países, y se iba a los Estados Unidos a levantar la bandera de la paz en la juventud norteamericana, en los estu-diantes, en el Congreso norteamericano. Como esta batalla que ahora viene librando, para que desaparezca esa famosa Escuela, porque es una escuela que ya quedó estigmatizada, esa Escuela de las Américas.

Como él lo explicaba, ellos acompañan las movili-zaciones, las marchas en el mes de noviembre, con la comunicación con los Congresistas, con los Representantes en la Cámara Alta y la Cámara Baja de los Estados Unidos. En la última votación, que fue el año pasado, la diferencia fue por 6 votos.

Yo quiero expresarle al Reverendo Roy Bourgeois, que el pueblo y Gobierno de Nicaragua respaldan plenamente esta batalla que está librando, y también vamos a dirigirnos al Congreso norteame-ricano para que cierren esa escuela.

Tenemos que hablar siempre con toda claridad, con la verdad. ¡Fíjense lo que son los giros que da la vida! Al General Omar Hallesleven, Comandante en Jefe del Ejército de Nicaragua; a la Comi-sionada General Aminta Granera, Jefa de la Policía Nacional, les tocó enfrentarse, antes de 1979, a esas fuerzas entrenadas para torturar, matar, asesinar, las fuerzas de la Guardia somocista.

Ellos eran combatientes guerrilleros del Frente Sandinista y en una guerra sin cuartel, enfren-tados a esas fuerzas que eran armadas, entre-nadas, financiadas por los Gobiernos de Estados Unidos e Israel, porque Estados Unidos utilizaba a Israel para armar y formar tropas élites, comandadas por el nieto del fundador de la dinastía.

Y en esas tropas élites, los gritos que les inculcaban a los soldados eran: ¡Queremos sangre del pueblo! ¡Queremos acabar con el pueblo! ¡Queremos matar al pueblo! Eso era lo que les metían en la cabeza... el pueblo era el enemigo al que había que exterminar, el pueblo que hiciera la menor manifestación de resistencia y oposición.

Después del derrocamiento de la dictadura de Somoza, aún cuando nosotros buscamos cómo establecer relaciones respetuosas con los Estados Unidos y tuve la oportunidad de conversar sobre este tema con el Presidente Carter en Washington, cuando él era Presidente de los Estados Unidos, pero el imperio no le permitía ir más allá.

Porque ¡ese es el gran problema, Reverendo! y usted lo sabe bien, el imperio. Y muchos norteamericanos, que son altos funcionarios del Gobierno norteamericano, que no tienen conciencia que son instrumentos del imperio, y piensan que están haciendo bien las cosas.

Puede llegar un Presidente bien intencionado, con sentimientos muy nobles como el Presidente Carter pero, al final de cuentas, está atrapado por el imperio, por el poder económico y militar del imperio. Muy poco podía hacer el Presidente Carter para que desarrolláramos esas relaciones respetuosas, de cooperación, en todos los campos. Incluso, yo le llegué a plantear que nos ayudara con el ejército, pero, no había condiciones. Luego, llegó el Gobierno Republicano con el Presidente Reagan y ya conocemos la historia. 

Por lo tanto, en todo ese período no se preparó un solo soldado del Ejército Popular Sandinista, que era el nombre que tenía nuestro Ejército desde su fundación en 1979 hasta 1990. Allí, más bien, estaban preparando a los grupos que entre-naban para venir aquí a sembrar la muerte, a desarrollar actos de terrorismo, a minar nuestros puertos.

Con el cambio de Gobierno, la Constitución manda que el Ejército, a través del Comandante en Jefe, se subordina al Presidente de la República, que es el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas. Quienes llegaron al Gobierno, de 1990 en adelante, empezaron a hacer sus políticas, donde no había objeción, sino que más bien, veían con buenos ojos que soldados del Ejército de Nicaragua, suboficiales, fuesen a realizar algunos cursos, de meses.

Pero, por otro lado, le bloqueaban la posibilidad de recursos técnicos al Ejército de Nicaragua. Es decir, bloqueo permanente, allá de repente algunas cositas, como simbólicas, pero, bloqueo permanente.

¿En qué año empezaron a enviar General Hallesleven, compañeros del Ejército a esta Escuela a prepararse? Desde el año 2000, el Ejército empezó a enviar a algunos suboficiales a recibir preparación a la Escuela de las Américas; suboficiales formados en nuestro país, con una mentalidad muy diferente a como se forman en otro ejército latinoamericano.

Porque éste es el Ejército más joven de toda América Latina, posiblemente del mundo, porque nació en 1979. La formación que se les da aquí a los soldados y oficiales, es con los valores patrióticos, nacionales; lo que manda nuestra Constitución, luchar por la unidad centro-americana, latinoamericana, bajo los principios de Sandino y Bolívar. Lo dice nuestra Consti-tución con toda claridad.

Y con el cuidado de que estos muchachos, estos compañeros que han ido allá, grupos talvez de 6 u 8 compañeros, a cursos de dos, tres meses...  Yo, lo que les puedo asegurar, es que este Ejército de Nicaragua no se ha caracterizado, ni se va a caracterizar, como instrumento de represión en contra del pueblo de Nicaragua. ¡Jamás este Ejército va a reprimir, a torturar a nuestro pueblo! ¡Jamás este Ejército va a asesinar a nuestro pueblo!

Por mucho que les inculquen eso allá, sencillamente, aquí pesan los valores de la Revolución en los que se estuvieron forjando estos compañeros y compañeras. Aquí, a los que les toca lidiar cuando hay problemas con la población, y les ha tocado en los años anteriores, ha sido a la Policía. El Ejército está para resguardar la soberanía del país, para aportar, apoyar la lucha en favor del medio ambiente.

Este tema ya lo había hablado con el General Hallesleven porque el año pasado el Padre d’Escoto me habló, que se había comunicado con usted y que estaban haciendo el esfuerzo. Yo fui de la idea de que, por lo frágil, por lo sensible que es la relación de Nicaragua con los Estados Unidos, usted bien lo sabe, Reverendo, no convenía dar una señal, porque desgraciadamente, aquí tenemos medios de comunicación que dicen: ¡ya viene la guerra con Estados Unidos! Sobre todo este año, que es año electoral.

Cualquier palabra que dice un funcionario norteamericano en contra nuestra, inmediatamente dicen, ¡ya viene la guerra! Si viene un funcionario norteamericano y la plática es respetuosa, ¡yo siempre les hablo así, con toda claridad! Les digo, nosotros tenemos diferencias, ustedes no pueden entendernos, porque son parte del imperio ¡sencillamente no pueden entendernos! y nosotros, no vamos a renunciar a defender nuestros derechos.

¡Ah! Pero alcanzar esos derechos, es una lucha larga, ya ve usted cuánto tiempo en esta batalla para acabar con la Escuela de las Américas, ¡cuántos años, cuántos sacrificios, cuántas prisiones! pero, ya están a 6 diputados.

El compromiso que asumo aquí, como Gobierno, es que vamos a hacer todas las gestiones con el Congreso norteamericano, solicitándoles que cierren la Escuela de las Américas. Como Ejército, vamos a dejar que los compañeros mantengan este flujo de muchachos que están yendo allá, con el debido cuidado, que no se nos vayan a convertir en torturadores y asesinos.

Yo tengo la confianza que no, por la formación que tienen estos muchachos. Tienen una fortaleza moral, un sentido de patriotismo, de unidad cen-troamericana, latinoamericana. Han sido forjados en la batalla, en el combate. Estoy seguro que pueden pasar ahí, en medio de esos lodazales, de esas espinas, y saldrán y regresarán a su país, como lo han hecho muchos de ellos... limpios de lodo y sin heridas, por la fortaleza moral que tienen.

¡Unamos esfuerzos! yo me comprometo a unir esfuerzos con usted, Reverendo, y con los Congresistas, Senadores, que tienen avanzado este tema, para que finalmente, desaparezca la Escuela de las Américas. 

Referirme a la juventud que logra llegar a la escuela primaria, secundaria y, en este caso, a la educación superior. Como bien señalaba el Rector, es importantísimo el conocimiento, ¡claro que sí! Fortalecerlo, buscar la manera de acceder a la tecnología de punta; fortalecer esos convenios con pueblos hermanos, como el que se ha fortalecido con el hermano pueblo venezolano, con el hermano pueblo cubano.

Como los que se pueden fortalecer con algunas universidades norteamericanas que no están en ese afán de negar el conocimiento, la ciencia, la tecnología, para que esta Universidad de Ingeniería se convierta en la mayor potencia en la región centroamericana, no solamente en conocimiento, que es básico, sino que también, delante del conocimiento tiene que ir la conciencia.

Conocimiento con conciencia, con moral, con ética, con espíritu de justicia; conocimiento con solidaridad y amor a la Humanidad. Ese es el estudiante, esa es la estudiante, que tenemos que forjar en nuestra Patria, Nicaragua.
Gracias hermanos, me siento honrado por este reconocimiento, este Doctor Honoris Causa. Aquí dice: Universidad Nacional de Ingeniería, Nicaragua, líder en Ciencia y Tecnología. Atrás dice: Doctor Honoris Causa, Comandante José Daniel Ortega Saavedra, Managua, 7 de febrero del 2008.

Quiero pedirles a ustedes que me autoricen compartirlo, entregándole este Doctorado, para que se lo lleve a ese pueblo norteamericano que está luchando en los Estados Unidos... ¡que no es fácil esa lucha en los Estados Unidos! entregársela al Reverendo Roy Bourgeois. Por favor, Reverendo.

Se la vamos a poner en su pecho, lleno de amor por nuestros pueblos, a un hermano norteamericano para que la lleve a los hermanos norteamericanos que siguen librando estas batallas por la Justicia, por la Paz, por la Humanidad.  Gracias.