SOA Watch: Oficina América Latina
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Que EEUU termine de financiar la Guerra contra las
Drogas y al régimen corrupto de Honduras
Los
desgarradores relatos que emanan de los centros de
detención para inmigrantes ubicados en la frontera
de EEUU han figurado en las noticias ultimamente,
con mucha razón. Sin embargo los medios masivos han
ignorado en gran parte las verdaderas lecciones que
se desprenden del número creciente de menores, no
acompañados, detenidos en la misma frontera.
Esta llamada “crisis
humanitaria” no es causada por la naturaleza
criminal de la población de América Central, o
porque se trate de padres y madres irresponsables, o
porque los menores busquen perseguir el estereotipo
del “sueño americano”. Los menores de edad y sus
familias están llegando a los EEUU para poder
sobrevivir. En el fondo, con demasiada frecuencia
intentan huir de las devastadoras consecuencias de
la política exterior de los EEUU en la región, tanto
del pasado como del presente.
El número de menores
de edad que ha intentado atravesar la frontera e
ingresar en los EEUU ha aumentado de manera
dramática en los últimos cinco años.
Durante el año 2009, alrededor de 6.000 menores no
acompañados fueron
detenidos cerca de la frontera. Cálculos respetables
estiman que el Departamento de Seguridad Interior
(Department of Homeland Security DHS) habría
detenido hasta74.000 menores no acompañados
a finales del año 2014.
Alrededor del 28% de
los menores detenidos este año
procedía de Honduras, 24% de Guatemala y 21% de El
Salvador. Los aumentos tan severos de la migración
desde Honduras son un resultado directo del golpe
dirigido por egresados de la Escuela de las
Américas, sucedido el 28 de junio del 2009. Las
abusivas políticas formuladas por los regímenes de
Honduras, a partir de entonces, y el vergonzoso
apoyo de los EEUU a estos gobiernos corruptos
surgidos tras los cuestionados procesos electorales
de 2009 y 2013.
Desde el 2008, los EEUU han desembolsado más de 800
millones de dolares en ayuda para la seguridad hacia
Honduras, Guatemala y El Salvador, a través de la
“Iniciativa para la seguridad regional de América
Central” (Central American Regional Security
Initiative CARSI), además de millones de dólares más
en ayuda militar y policial a cada país individual.
La
actual crisis humanitaria en la frontera es el
resultado directo de una drástica militarización de
la guerra contra las drogas, liderada por los EEUU,
relaciones económicas desequilibradas (e.g. los
Tratados de libre comercio que han devastado las
comunidades campesinas) y el apoyo de los
EEUU al gobierno de post-golpe de Honduras,
infiltrado por los carteles de la droga.
Utilizando cualquier medida que se quiera utilizar –
la disponibilidad de las drogas, las encarcelaciones
masivas, la detención masiva de inmigrantes, y el
uso eficaz del dinero de los impuestos en los EEUU;
las tasas de homicidios y de violencia, la
corrupción, el poder omnipresente de los carteles de
la droga, y las tasas de migración en América
Central – la "guerra contra las drogas" ha
demostrado ser un fracaso.
Es tiempo ya de que
el gobierno de los EEUU asuma su verdadera
responsabilidad por el papel que ha representado en
las causas profundas de la migración desde América
Central. La región nunca será “curada” de los males
que la aquejan sin una re-evaluación basada en los
hechos, honesta, y como consecuencia de ello una
re-implementación de la política exterior
estadounidense.
Los patrones de
violencia y migración forzosa establecidos durante
las guerras sucias del Siglo 20 han persistido
incólumes. No es sorprendente que los menores de
edad centroamericanos emprendan solos el viaje a los
EEUU para escapar de la violencia, sobre todo si uno
de sus padres o ambos ya residen allí.
Una creciente militarización bajo el pretexto de ser
una guerra contra las drogas ha dado como resultado
violaciones masivas de los derechos humanos,
incluyendo la apropiación ilegal de tierras, y la
persecución de líderes indígenas y comunitarios, con
demasiada frecuencia a manos de militares y policías
financiados y entrenados bajo programas de seguridad
estadounidenses (muchas veces en la Escuela de las
Américas).
En Honduras en
particular, la situación se ha ido deteriorando
dramáticamente, y sin embargo los EEUU continúa
financiando a las fuerzas de seguridad de Honduras,
brutales y corruptas, cinco años después del golpe
militar del 28 de junio de 2009, llevado a cabo por
egresados de la Escuela de las Américas. ¿Por qué
tiene que seguir sufriendo la población de
Centromérica, y por qué tiene que seguir siendo
utilizada como chivo expiatorio, cuando las causas
profundas de la migración son creadas con demasiada
frecuencia por las políticas exteriores de los EEUU
tan perjudiciales?
Paz y lucha,
SOA Watch
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