Capacitación no militar de oficiales ticos en Comando
Sur de EE. UU.
Berrocal: Arias acordó que
militares entrenasen a policías
- Nobel de Paz temía críticas por conceder permiso,
confirmó exministro Berrocal
- Plan consistió en que el ministro pedía aval y al no
obtener respuesta, procedía
2007. Con el
Presidente de Costa Rica, Oscar Arias. El Presidente decide
retirar, en esa reunión, sus tropas de la Escuela de las
Américas como una contribución para la paz decisión que
revierte tiempo después por presiones del gobierno de
Estados Unidos sobre Costa Rica. En la Foto, Arias con el
Padre Roy Bourgeois y Lisa Sullivan de SOAW
Ernesto Rivera
[email protected] 05/03/2011
En diciembre del 2007 el
presidente Óscar Arias acordó una estrategia con el ministro
de Seguridad, Fernando Berrocal, para mantener el
entrenamiento de policías costarricenses en una academia del
Comando Sur de EE. UU. sin afectar la imagen pública del
premio Nobel de la Paz.
Así lo reconoció este viernes
a La Nación el exministro de Seguridad, Fernando
Berrocal.
La estrategia consistió en
generar un silencio positivo entre la Presidencia y el
Ministerio de Seguridad Pública para que legalmente se
interpretara como una autorización tácita.
Para ello, Berrocal escribió
una carta a Arias solicitando mantener el entrenamiento de los
policías costarricenses en el Comando Sur, el Presidente no
respondió la misiva y su silencio se interpretó como un
consentimiento a la petición.
Este plan fue relatado el 20
de diciembre del 2007, en un cable confidencial escrito por el
entonces consejero político de la Embajada de EE. UU., Peter
Brennan, y revelado ahora por WikiLeaks.
El exministro Berrocal
confirmó la veracidad del cable y señaló que la estrategia del
silencio positivo se ideó para evitar las críticas a que un
premio Nobel de la Paz, figurase autorizando la capacitación de
policías en academias del Comando Sur de EE. UU.
“El Presidente (Arias) estaba
también sometido a presiones, él es un premio Nobel de la Paz y
tenía responsabilidades y había una serie de organizaciones en
los Estados Unidos y organizaciones internacionales que decían
que nosotros no debíamos tener ese tipo de entrenamiento y,
efectivamente, yo convine con el Presidente (Arias) que yo
asumía toda la responsabilidad”, reveló Berrocal.
Ayer se intentó obtener la
versión del expresidente Arias Sánchez (2006-2010), pero no
devolvió las llamadas y los recados que se dejaron en su casa de
habitación.
Por su parte, la Embajada de
EE. UU. emitió una declaración en la que, en parte, dijo: “El
Departamento de Estado no hace comentarios sobre materiales,
incluyendo documentos clasificados, que se hayan podido
filtrar”.
La Escuela de las
Américas. El problema comenzó en mayo del 2007, cuando
activistas estadounidenses por los derechos humanos criticaron a
Arias por enviar policías a capacitarse en el Western Hemisphere
Institute for Security Cooperation (WHISC).
El uso de esta academia para
entrenar a policías costarricenses era previo a la
administración de Óscar Arias, pero los activistas le
cuestionaron que la mantuviera como una opción.
El WHISC es una academia del
Comando Sur de EE. UU. que sucedió a la Escuela de las Américas,
donde se entrenaba a militares latinoamericanos en técnicas de
tortura y desestabilización política.
Arias reaccionó a las
críticas declarando a la prensa en mayo del 2007 que, “cuando
terminen los cursos de los tres miembros de la seguridad pública
(que estudiaban en el WHISC en ese momento), no vamos a mandar
más”.
Los cables revelados ahora
señalan que, luego de esa declaración de Arias, la Embajada de
EE. UU. organizó lo que ellos calificaron como un “persistente
cabildeo” para revertir la decisión presidencial.
Según escribió el consejero
político Brennan, también existían presiones internas, de
funcionarios del Ministerio de Seguridad que pedían a Berrocal
“permitir que estudiantes costarricenses escogidos asistieran a
cursos de WHISC, ‘discretamente’, pese a la decisión del
Presidente”.
En un cable confidencial,
fechado en noviembre del 2007, Brennan señalaba que, como
resultado de estas presiones y para autorizar nuevamente el
envío de policías al WHISC, “Arias encargó a Berrocal encontrar
una solución que no menoscabara sus bien conocidas credenciales
sobre desmilitarización y derechos humanos”.
El diplomático terminaba sus
comentarios señalando que era necesario encontrar una solución
rápida, “dado que Berrocal nos dijo de sus planes (que aún no ha
hecho públicos) para dejar el Ministerio en algún momento entre
enero y mayo del año próximo. Brennan”.
Berrocal confirmó este
viernes que, en esa época, adelantó a los diplomáticos su
intención de renunciar al Ministerio de Seguridad.
Como parte de la estrategia,
Berrocal pidió al embajador Mark Langdale que le escribiera una
carta detallando las consecuencias de cesar los entrenamientos.
Según los cables, Langdale
cumplió el pedido y señaló que la decisión de Arias representaba
una pérdida de cooperación valorada en $1,2 millones y argumentó
que “cualquier dicotomía entre cursos ‘aceptables’ e
‘inaceptables’ era inapropiada e injustificada”.
Berrocal viajó en noviembre
del 2007 a conocer las instalaciones de WHISC en Fort Benning,
Georgia, EE. UU. y a su regreso envió la carta acordada con el
Presidente.
En su misiva, dice el cable,
Berrocal habría recomendado mantener un plan de entrenamiento en
WHISC para que policías costarricenses tuvieran capacitación
antinarcóticos y antiterrorismo.
El 20 de diciembre del 2007,
Brenan escribía el final de la historia, “en seguimiento al plan
que Berrocal nos esbozó después de su visita a Fort Benning en
noviembre, el presidente Arias no responderá a esta carta y su
silencio se interpretará como consentimiento. Berrocal
autorizará entonces la reanudación del entrenamiento no militar
irrestricto para policías costarricenses en WHISC”.
Fuente:
La Nación
Administración Arias se oponía, pero
en un año cedió ante cabildeo de Estados Unidos
Un año fue lo que demoró
el cabildeo estadounidense en vencer la “alergia” de la
administración Arias a que policías de Costa Rica fueran
entrenados en academias vinculadas a militares del Comando
Sur de EE. UU.
De ello dan cuenta parte de
los 112 cables de la diplomacia estadounidense revelados por
WikiLeaks en donde se mencionan temas relativos a la seguridad,
inteligencia y el narcotráfico en Costa Rica.
El 24 de febrero del 2006,
dos días antes de una de las marchas organizadas contra el TLC,
el embajador de EE. UU., Mark Langdale, advertía que el nuevo
gobierno se oponía a recibir capacitación de organismos
militares y carecía de estrategias para contener las protestas
sociales que por entonces provocaba la discusión sobre el TLC.
“La agenda de seguridad de la
administración entrante no trata directamente el tema de las
protestas (contra el TLC). Chinchilla despreocupadamente condena
a otros centroamericanos por ‘militarizar’ la policía y
debilitar la independencia del poder judicial para meter en
cintura a los disidentes”, analizaba el embajador de EE. UU.
En su comentario, Langdale
señalaba además que la vicepresidenta Laura Chinchilla se oponía
a capacitar policías en la FLETC, una academia del Departamento
de Seguridad Nacional de EE. UU. debido que allí concurrían
militares latinoamericanos que no cumplían apropiadamente con
las tareas policiales de sus países.
Consultada ayer sobre el
tema, la presidenta Laura Chinchilla reconoció haberse opuesto
al entrenamiento de policías en la FLECT.
“En general, me ha parecido
útil la cooperación que los Estados Unidos han dado en materia
de seguridad, pero también he tenido observaciones en cuanto a
ajustar contenidos, en cuanto lo que es nuestra estrategia y
nuestra doctrina policial”, señaló Chinchilla.
Antes de que asumieran. Los
cables de la diplomacia estadounidense revelan que, desde antes
de que asumiera la administración Arias, Estados Unidos desplegó
una estrategia de cabildeo para cambiar la orientación del
Gobierno y lograr que se autorizara el entrenamiento de policías
costarricenses en academias del Comando Sur de EE. UU.
En agosto del 2006, las
gestiones estadounidenses comenzaron a rendir frutos, y Langdale
comentaba que un seminario financiado por el Comando Sur, en
donde participaron la vicepresidenta Chinchilla y los ministros
de Seguridad y de la Presidencia, había disminuido “la alergia
tica a los asuntos militares”.
Un año y medio más tarde, en
noviembre del 2007, el consejero político de la embajada de EE.
UU. Peter Brennan relataba en un cable confidencial que el
presidente Arias había revertido su posición y autorizaría la
capacitación de costarricenses en un seminario del WHISC una
academia cuyos planes de estudio son elaborados por los
comandantes del Comando Sur.
Y, para marzo del 2008, Peter
Brennan señalaba que el ministro de Seguridad, Fernando
Berrocal, ya estaba “totalmente a bordo” en la política de
recibir y buscar ayuda militar para seguridad en Costa Rica.
Consultado sobre esa
expresión Fernando Berrocal señaló que se trataba “de una
apreciación de los americanos”.
Fuente:
La Nación
Fernando
Berrocal: ‘Yo mando la carta y seguimos’
En un cable de
diciembre del 2007, Peter Brennan señala que usted le
escribió una carta al Presidente recomendando que personal
policial mantuviera el plan de entrenamiento en WHISC. Según
Brennan, “en el plan que Berrocal nos esbozó el presidente
Arias no responderá esa carta y su silencio se interpretará
como consentimiento y con ello Berrocal autorizará
entrenamiento en WHISC. ¿Es cierto? ¿Ese plan existió?
Bueno, le voy a ser
absolutamente sincero y transparente, el Presidente (Arias)
estaba también sometido a presiones, él es un premio Nobel de la
Paz y tenía responsabilidades y había una serie de
organizaciones en los Estados Unidos y organizaciones
internacionales que decían que nosotros no debíamos tener ese
tipo de entrenamiento y efectivamente yo convine con el
Presidente (Arias) que yo asumía toda la responsabilidad. Y le
reitero que no me arrepiento, estoy absolutamente seguro que
hice lo correcto. En la carta se habla de entrenamiento policial
y en eso sí insistí mucho con Brennan, que el entrenamiento
fuera entrenamiento policial.
Pero entonces, ¿Sabía
Arias de este plan? ¿Él estaba de acuerdo en no contestar y que
se produjera ese silencio positivo?
Sí, yo digo que sí. Le digo
con toda franqueza que ante el Presidente le dije: ‘mire
Presidente, usted no se complique, usted es un hombre capaz que
tiene que responder a unos equilibrios en el país de distintos
sectores a los que yo no tengo que responder. Yo asumo plena
responsabilidad, yo mando la carta y seguimos para adelante’ y
así fue aceptado.
Según los cables, la
administración Arias pasó de una postura contraria a permitir
que policías de Costa Rica se entrenen en academias del Comando
Sur a impulsar esa política, ¿por qué?
Porque llegamos a la
conclusión de que el problema era muy serio y era un problema
que el país no podía enfrentar solo, que era un problema de
carácter trasnacional. Por otra parte, llegamos también a la
conclusión de que Costa Rica era el primer eslabón de una cadena
muy larga que tiene que ver con todo el corredor centroamericano
para el trasiego de la droga y porque llegamos a la conclusión
de que era un problema que estaba trastornando todo el esquema
de convivencia social en la medida de que el narcotráfico es el
gran acelerador de la violencia y la criminalidad.
¿Qué aportaba
específicamente la academia del Comando Sur?
Ellos aportaban un
conocimiento de la situación, un expertise, yo mismo tomé
la decisión de trabajar muy de cerca con la DEA, no solo con el
Comando Sur y también se involucró muy activamente la oficina de
inteligencia de la Embajada americana en San José.
En un cable de noviembre
del 2007, Peter Brennan señala que necesitaban apurar los
acuerdos para que los policías ticos recibieran entrenamiento
del Comando Sur ya que usted les había advertido que pensaba
renunciar a principios del 2008. ¿Es cierto que usted les
adelantó a ellos que iba a renunciar?
Es correcto; para ese
entonces, yo tenía muchas diferencias con el Ministro de la
Presidencia, no con el Presidente de la República, por el
enfoque sobre los temas de seguridad.
En los cables ellos lo
califican como el hombre que tenían “a bordo” para impulsar que
policías ticos se entrenaran en academias relacionadas con el
Comando Sur, ¿es cierto?
Es una apreciación de los
americanos, lo que le digo es que yo tomé la decisión abierta,
total y transparente y se lo comuniqué al Presidente y al
ministro de la Presidencia (Rodrigo Arias) y a Peter Brennan y a
Mark Langdale cuantas veces me visitaron y se lo dije en
Colombia al ministro Juan Manuel Santos y Óscar Naranjo, que la
guerra contra el narcotráfico para mí era un tema de seguridad
nacional, que la Fuerza Pública necesitaba cooperación,
necesitaba apoyo y que nosotros solos no podíamos. Y el
Presidente me apoyó, me apoyó hasta que surgió el tema (de un
correo hallado en la computadora de Raúl Reyes comandante de las
FARC), ahí se derrumbó todo.
“Con Rodrigo Arias, yo traía
seis largos meses de tener muchas diferencias pero superables
que tenían que ver con eso, que tenían que ver con las
encuestas, con que todas estas incautaciones se reflejaban en la
valoración de los ministros que hacían en las encuestas y en que
yo salía alto en esas valoraciones o salía de primero y salía
con un montón de equilibrios y otras cuestiones y aspiraciones a
futuro y cuestiones de esa naturaleza'
Usted lo que dice es que
don Rodrigo (Arias) le tenía celos'
No, no, no, yo no digo eso,
no digo nada de eso, solo digo que habían diferencias.
Fuente:
La Nación