El domingo, 14 de Julio, militares
del Primer Batallón de Ingenieros llegaron a la toma
del pueblo Indígena Lenca de Rio Blanco, donde el
pueblo tiene mas que 100 días de bloquear el acceso
de empresas que quieren construir una represa
hidroeléctrica en el Rio Gualcarque. Un día después
uno de los militares del Batallón de Ingenieros
asesinará uno de los líderes de la toma.
Según uno de los soldados, hubo 34
militares ubicados en las instalaciones de la
represa. Antes de la llegada de las empresas
hidroeléctricas y la resistencia del pueblo al
proyecto, no hubo soldados ni policías en la zona.
Militares del Primer Batallón de
Ingenieros sirven en esencia como guardias de
seguridad para DESA y SINOHYDRO, empresas que están
ilegalmente construyendo la represa Agua Zarca en
territorio Indígena. A pesar de las amenazas de
muerte que enfrenten lideres de la comunidad por
resistir el proyecto, los militares no les
protegen. En vez, los militares viven, comen, y
duermen en las instalaciones de las empresas y
amenazan a miembros de la comunidad que luchan por
sus derechos. En la foto, militares y policías
custodian a las instalaciones de DESA y SINOHYDRO
durante una protesta del pueblo Lenca.
En la mañana
del 15 de Julio, 200-300 miembros del pueblo Lenca
caminaron a las instalaciones de DESA y SINOHYDRO
para una vez mas demandar la salida de las empresas
de su territorio. Las instalaciones y represa están
siendo construidos en territorio Lenca en contra la
voluntad de los que viven en la zona, quienes
dependen de la tierra y rio para sobrevivir, en una
clara violación del Convenio 169. Tomas García,
miembro del Consejo Indígena y padre de siete hijos,
fue uno de los primeros en llegar a las
instalaciones para la protesta. Apenas había
llegado cuando un militar le disparó de cerca varias
veces, matándole inmediatamente.
El soldado que asesinó a Tomas García
también disparó a Allan Garcia, hijo de Tomas y un
joven de 17 años.
Allan fue herido por las balas del ejercito en el
brazo, espalda, y tórax y tenia que pasar varios
días en el hospital.
Dos otros también fueron heridos por
las balas del militar, incluso este hombre quien fue
atrás de Tomas García. El escapó la muerte o
lesiones serias por solo uno centímetros cuando una
bala le pasó rozando a su cuello.
El miércoles, 17 de Julio, miembros
de la comunidad se reunieron alrededor del cuerpo de
Tomas García en la humilde iglesia Católica de La
Tejera. Fue un momento solemne mientras que
lamentaron el asesinato de su compañero,
un muerto que no tenia que pasar. Ofrecieron
oraciones para Tomas, su familia, los que están en
contra de ellos, y pidieron al Señor
la fuerza para seguir en la lucha.
Después, cientos de personas reunieron en la
toma, donde Tomas había pasado
tanto tiempo durante los últimos 106 días de
su vida. Miembros de la comunidad llevaron el
cuerpo de Tomas a descansar
bajo el árbol del Roble al centro del grupo.
La comunidad reunió alrededor
del ataúd para un servicio de recordar a Tomas y su
vida, una vida de lucha. En honor de su compromiso
de defender su tierra colectiva y el derecho del
pueblo Lenca a sobrevivir y determinar su propio
destino, se comprometieron ante el espíritu de Tomas
a la lucha por la vida, la lucha en contra del
proyecto Agua Zarca que pretende privatizar su rio
por 30 años y destruir las cosechas de que dependen
para sobrevivir.
Recordaron que Tomas había dicho que
nunca iba a rendirse. Como auxiliar y miembro del
Consejo Indígena, las empresas le habían ofrecido
miles y miles de Lempiras para apoyar el proyecto
pero el lo rechazo a favor de la lucha dura para
soberanía y dignidad. Recordaron que hasta llegaron
personas a la toma para ofrecer dinero a Tomas en
cambio de su apoyo a proyecto, pero el no se
vendió. Fue un líder en la lucha para defender la
tierra y recursos naturales y ahora es un mártir
para el Pueblo Lenca quien "dio su vida para todos
nosotros."
Los hijos
de Tomas sufrieron dolor por la muerte de su papa,
quien fue asesinado luchando para que ellos tuvieran
un futuro en la tierra de sus antepasados, un futuro
con tierra donde vivir y trabajar y agua para tomar
y cultivar.
Después del servicio, miembros de la
comunidad llevaron a Tomas al cementerio, en camino
al Rio Gualcarque donde las empresas pretenden
construir el Proyecto Agua Zarca.
"Le llevaron a Tomas a descansar en
medio del bosque y la Madre
Naturaleza que luchó para defender."
Cientos de personas caminaron al
cementerio para el entierro, en medio del bosque y
ricos recursos naturales que han cuidado por cientos
de años.
Después del entierro, su hermano
menor sembró una cruz y una planta de la esposa de
Tomas al lado de la tumba.
Su familia se junto alrededor de la
tumba, sin palabras para expresar su angustia y
dolor en perder su padre, esposo, hermano, y amigo a
manos del ejercito hondureño durante una protesta en
defensa de su comunidad.
El nombre de Tomas fue escrito en el
cemento de su tumba, donde el seguirá dando fuerza a
la comunidad en su lucha por la vida, en contra las
corporaciones que han invadido sus tierras, quieren
privatizar su rio, destruir sus cosechas, y quienes
han llevado violencia y muerte a su comunidad. Su
espíritu seguirá guiándoles en la lucha para vivir
con dignidad y defender la tierra y los ríos en que
dependen y cuidan para sobrevivir.
Tomas García presente, ahora y
siempre.