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Iniciativa Mérida: la mentira más sangrienta

Del 26 de junio al 1ro de julio del 2015 una delegación del Observatorio por el Cierre de la escuela de las Américas visitó México por primera vez. País donde, bajo el falso discurso de una guerra contra las drogas, se ha impuesto un modelo de seguridad basado en la militarización de las fuerzas de seguridad del estado. Dicho modelo de guerra es financiado por Estados Unidos, quien ha destinado a través de la Iniciativa Mérida, símil del Plan Colombia, más de 3 mil millones de dólares en equipo y entrenamiento de los cuerpos de seguridad. Desde entonces se ha desatado una espiral de violencia en la que más de 164 mil personas han perdido la vida y miles han sido desaparecidas. Día a día el “saldo” de esta repugnable guerra va en aumento.  

En las Instalaciones de la UNAM, lugar donde la delegación se reunión con investigadores del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica

A pesar de este escalofriante escenario, el modelo de seguridad es celebrado y considerado exitoso por ambos gobiernos. La supuesta guerra contra las drogas es, en realidad, un negocio que se alimenta de la expansión de la violencia, diseñado no para ponerle fin al tráfico y producción de drogas sino para perpetuarse a sí mismo. La militarización ha venido acompañada de la imposición de un conjunto de reformas estructurales de carácter neoliberal, que han desatado un proceso de mercantilización y privatización de la tierra y otros recursos geoestratégicos hasta ahora cerrados al mercado, todo en beneficio de grandes corporaciones transnacionales. En esta guerra de despojo y control, grupos del crimen organizado son utilizados para inducir miedo, violencia, caos y confusión con el fin de destruir el tejido social y desmovilizar cualquier tipo de resistencia organizada, obligando a las comunidades a abandonar sus tierras, ricas en recursos naturales codiciados por la minería y otras industrias. 

La policía comunitaria es un modelo ciudadano de seguridad y justicia exitoso basado en “usos y costumbres”. En Guerrero, nos reunimos con integrantes de la Policía Comunitaria de Olinalá, quienes han puesto un alto  al crimen organizado y han jugado un papel importante en la defensa del territorio frente a la instalación de distintas empresas mineras de capital transnacional. El estado ha emprendido una estrategia de criminalización en contra de las policías comunitarias, ya que estas representan una amenaza a los oscuros intereses económicos que se ciernen sobre la región y han puesto en evidencia la inutilidad de la seguridad pública.  

Tlapa, Guerrero. Centro de Derechos Humanos Tlachinollan donde la delegación se reunió con integrantes de la Policía Comunitaria de Olinalá

La delegación visitó en prisión a Nestora Salgado, comandanta de la policía comunitaria en Olinalá quien al igual que otros 12 integrantes de dicha organización son considerados criminales de alto riesgo, por lo que han sido privados de su libertad  bajo los terribles cargos de terrorismo, secuestro, robo agravado y portación de armas de fuego de uso exclusivo del ejército. Su injusta detención y su arbitrario proceso demuestran que las distintas experiencias de seguridad  comunitaria, al mantener la paz sin militarización,  son consideradas  una amenaza al modelo de guerra impuesto por el Plan Mérida. 

La delegación reunida con Matilde Salgado, hermana de Nestora, a las afueras del Reclusorio Femenil Tepepan.

 

Durante el transcurso de la guerra, las ejecuciones extrajudiciales, la tortura y las desapariciones forzadas a manos de agentes del estado se han convertido en  prácticas sistemáticas e impunes. En la normal de Ayotzinapa escuchamos de la voz de los padres y madres de los 43 estudiantes detenidos-desaparecidos  a manos del estado el 26 de septiembre pasado, cómo la normal rural, cuna de legendarios luchadores sociales, ha sido un obstáculo para los grupos de poder dominantes por décadas.  Por lo qué a diez meses del crimen de estado,  los padres de los estudiantes desaparecidos rechazan “la versión oficial” y exigen se abran nuevas líneas de investigación que incluyan al ejército y a la Policía Federal, ya que hay evidencias de su participación en el crimen. La desaparición de los estudiantes reveló el objetivo real de la militarización:  aniquilar las resistencias de todos aquellos que se opongan a los intereses económicos trasnacionales y luchen por la defensa de su territorio, sus recursos y sus derechos.  

Compartiendo dolor de la sombría impunidad  

Desafortunadamente la Iniciativa Mérida también representa una amenaza de muerte para miles de migrantes, expulsados por  la violencia y la marginación en sus países, que en su camino a Estados Unidos transitan por México. El Plan Sur, subconjunto de la Iniciativa Mérida ha destinado millones de dólares para el control y militarización de la frontera. Hasta ahora el Pentágono ha gastado más de $90 millones de dólares en el entrenamiento de agentes del Instituto Nacional de Migración por expertos militares estadounidenses y el número de mecanismos e instrumentos para controlar, reprimir y criminalizar el flujo migratorio ha aumentado significativamente.  

El Observatorio condena directamente la cláusula de la Iniciativa Mérida sobre el financiamiento y el entrenamiento de policías, elementos de las fuerzas armadas mexicanas y agentes migratorios en instituciones militares y/o  por mandos militares estadounidenses. Algunos de estos elementos han pasado a engrosar las filas del crimen organizado después de recibir entrenamiento militar en Estados Unidos.  

Debido a la relación directa entre el entrenamiento y armamento de las fuerzas de seguridad mexicanas financiadas por la Iniciativa Mérida, y el escalofriante aumento en las violaciones de derechos humanos, el Observatorio por el cierre de la Escuela de las Américas denuncia que dicho adiestramiento es una amenaza en contra de  niños, jóvenes, hombres, mujeres mexicanos y migrantes centroamericanos, y condena la impunidad con la que fuerzas de seguridad siguen operando.

Acción Global por Ayotzinapa a 10 meses del crimen de Estado.


El control territorial y la eliminación de las resistencias,  y de todos y todas aquellas que con su mera existencia obstruyen y amenazan la imposición del  proyecto económico dominante, son los verdaderos objetivos detrás de la militarización impulsada por Estados Unidos en México bajo la Iniciativa Mérida. Resistencias que hacen frente a la violencia del Estado, que luchan por la defensa de sus territorios ancestrales y recursos naturales y que, apostando a la autonomía, han construido alternativas de seguridad, gobierno y vida, las cuales celebramos y defendemos

¡Por Una América Latina Libre de Militarización!  

Evalejandra Chávez - Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas 

México, Distrito Federal, Agosto 2015

 

Delegación en la Normal Rural de Ayotzinapa Guerrero, donde se reunieron con los Padres y Madres de los desaparecidos e integrantes del Consejo Popular de Tixtla.

 

 

 

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