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Paraguay: Nuestra solidaridad con las y los campesinos condenados injustamente

SOA Watch quiere manifestar a la comunidad internacional su rechazo a las condenas, que van desde los 4 a los 35 años de cárcel, en que han sido sentenciados los campesinos y campesinas en Paraguay por el juicio de los hechos de la “Masacre de Curuguaty” ocurridos el 15 de junio de 2012 y donde resultaron muertos 6 policías y 11 campesinos en una acción de desalojo ordenada por las autoridades.

Estos lamentables hechos, recordemos, se utilizaron como argumento para iniciar un juicio político “express” al presidente Fernando Lugo, sin las debidas garantías de un juicio justo e imparcial, y que terminaron destituyéndolo del cargo lo que por muchos ha sido considerado un verdadero golpe de estado. 

Es importante mencionar, sobre el juicio a las y los campesinos, que ningún oficial de la policía paraguaya fue investigado por la justicia por la muerte de los campesinos en la “Masacre de Curuguaty” pese a la presunción que pudieron haber sido ejecutados extrajudicialmente, posteriormente, varios de los campesinos muertos.

Debemos recordar que una Misión de Observación de  SOAW visitó el Paraguay, en abril del 2013, donde expresamos nuestra preocupación por este caso señalando en un Informe Público que: “No se puede privar de su libertad a personas por acusaciones genéricas, sin elementos concluyentes ni certeza de individualización de los presuntos ejecutores. Consideramos un grave atentado a los derechos humanos mantener en prisión a personas sin tener pruebas y en varios casos de manera arbitraria”.

La Misión de Observación de  SOAW recibió testimonios de torturas en contra de los campesinos detenidos y “diversos testimonios, así como investigaciones paralelas a la de la fiscalía, que denuncian la ejecución sumaria de varios de los 11 campesinos fallecidos”.

“Consideramos que la tragedia de Curuguaty, desde las gestiones jurídicas que la posibilitaron, tienen graves irregularidades que demuestran la instrumentalización del Estado por poderes fácticos y mafiosos. Según han declarado Ministros de la Corte Suprema de Justicia, las tierras de Marina Cué no son propiedad de la Familia Riquelme sino que fueron donadas por la Industrial Paraguaya al Estado Paraguayo, quien nunca, sin embargo, tituló a su nombre las tierras. Es decir, ni el Estado ni los Riquelme tenían los títulos de la propiedad. De esta manera, la incursión policial (disfrazada de allanamiento) para desalojar a los ocupantes es a todas luces ilegal”, señalamos en el informe cuestionando la legalidad del procedimiento policial el que llevó a esta masacre.

Luego de más de cuatro años de estos hechos, debemos decir que la justicia no ha llegado para las y los campesinos condenados.

Uno de sus abogados defensores, Víctor Azuaga, ha señalado a la prensa que la condena es lamentable por la falta de pruebas: “No hay medios probatorios. Y las pruebas materiales tampoco son fiables. Las armas que fueron incautadas, según la propia Fiscalía, no (fueron las que) dispararon, ya que la prueba de la parafina realizada a los campesinos muertos (y que supuestamente habrían disparado a los policías) fue negativa y eso quiere decir que no pudieron ser responsables de los hechos punibles”.

Por lo anterior, queremos expresar nuestra solidaridad con las y los campesinos condenados, con sus familiares, y con las organizaciones sociales y de derechos humanos que los han acompañado todos estos años clamando por justicia.

Nos sumamos a nuestros aliados de SERPAJ Paraguay que rechazan de “forma rotunda la sentencia”  y pedimos, junto a ellos, “la revisión de la causa y la nulidad del juicio por vicios de origen que le impiden responder adecuadamente a condiciones básicas de imparcialidad y exhaustividad”.

Finalmente, sigue pendiente que el Estado del Paraguay responda de manera clara y objetiva ¿Qué pasó en Curuguaty?

Sigue pendiente que llegue la justicia…

En solidaridad,

SOA Watch 

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Foto de: http://latincorrespondent.com/2016/07/campesinos-carcel-masacre-curuguaty/