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Octubre de 2011

 

A los Presidentes de nuestros países de América Latina:

Queremos expresar nuestro rechazo a la continua presencia en Haití de la Misión de Estabilización de la ONU, conocida como MINUSTAH, y hacer una llamado a nuestros gobiernos para que retiren todo el personal militar de esta supuesta operación de paz.

Desde hace más de siete años, los soldados de nuestros países han participado en una ocupación militar injustificada e inmoral, que avanza la agenda de potencias extranjeras y viola continuamente la soberanía y la dignidad del pueblo de Haití.


En 2004 las tropas de la MINUSTAH llegaron a Haití para apuntalar un régimen de facto. Durante el período de intensa represión que siguió, la MINUSTAH llevó a cabo incursiones violentas en diversos barrios, en una clara estrategia de construcción del “enemigo”, centrada en la persecución de las periferias pobres.  

Desde el retorno a una democracia tutelada en el año 2006, la MINUSTAH ha contribuido a violaciones de los derechos políticos de los haitianos, sobre todo a través de su respaldo al proceso electoral viciado en el que fue excluido el partido político más popular de Haití.


En las últimas semanas, un caso de violación involucrando tropas de uno de nuestros países latinoamericanos ha levantado el velo sobre un patrón denso de violaciones de derechos humanos - incluyendo numerosos casos de violación y explotación sexual - que ha existido desde hace años. Como resultado de un acuerdo que proporciona inmunidad total a las tropas de la ONU, soldados de la MINUSTAH pueden seguir cometiendo abusos con impunidad.


La MINUSTAH también ha agravado la crisis humanitaria generada por el terremoto de enero de 2010 a través de la introducción del cólera en octubre del año pasado. Debido a la vigilancia laxa de los soldados entrando en Haití, tropas de la MINUSTAH desataron una epidemia que ha matado a más de 5.000 haitianos y dejado a cientos de miles de personas infectadas. Los expertos predicen que el cólera seguirá siendo endémico en Haití por muchos años y dará lugar a miles de muertes adicionales.


En los últimos días, ha habido una serie de protestas populares pidiendo la salida de MINUSTAH y el Vicepresidente del Senado de Haití, Jean Héctor Anacacis, ha afirmado que “la MINUSTAH ha hecho más daño que bien al país.”
 

Aunque la MINUSTAH es profundamente impopular en Haití, cables diplomáticos de EE.UU. hechos público por Wikileaks revelan que funcionarios de EE.UU. consideran que la MINUSTAH es "una herramienta indispensable en la realización de intereses básicos de la política del gobierno de EE.UU. en Haití".
Es inconcebible que los gobiernos latinoamericanos, entre ellos muchos que dicen defender valores progresistas, sean los ejecutores de una agenda imperial en Haití.
 

Es inconcebible que los ejércitos de nuestros países estén directamente involucrados en la ocupación militar de un país que fue una luz de esperanza y libertad para nuestros movimientos de independencia en sus nacimientos, y prestó un apoyo esencial a la campaña de Simón Bolívar por la liberación de América Latina. Es inconcebible que nuestros países, que han sufrido tantas agresiones extranjeras, estén ahora pisoteando la soberanía de un país que ha experimentado un sinnúmero de intervenciones brutales desde el día que rompió las cadenas de la esclavitud y el colonialismo.


El 15 de octubre, el Consejo de Seguridad tiene previsto emitir una resolución que renueva el mandato anual de la MINUSTAH por séptima vez. Nuestros gobiernos de América Latina no deben quedarse quietos y avalar esta decisión como lo han hecho en el pasado. En lugar de simplemente apoyar la recomendación del Secretario General de la disminución del número de tropas a los niveles de antes del terremoto, nuestros gobiernos deberían exigir que se establezca firmemente un cronograma para una retirada rápida de las tropas extranjeras en Haití. En su defecto, los gobiernos deben comenzar a retirar las tropas de manera unilateral y dejar de involucrar a nuestras naciones en un proyecto criminal e imperialista.


Se gastan casi $800 millones de dólares anualmente en la MINUSTAH. Hacemos un llamado a nuestros gobiernos para que empiecen a retirar sus tropas de esta misión y que se dediquen a asegurar que estos fondos sean reinvertidos en la lucha contra el cólera y en otros proyectos urgentes para ayudar al pueblo haitiano  a enfrentar la grave crisis humanitaria en curso.
 

Ya es hora de sacar nuestros soldados y policías de Haití y mostrar nuestra verdadera solidaridad con este país hermano al que le debemos tanto. 

Atentamente, 

Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz (Argentina)

Martín Almada, Premio Nobel Alternativo de la Paz (Paraguay)

Juan Gelman, escritor (Argentina)

Eduardo Galeano, escritor (Uruguay)

Frei Betto, escritor (Brasil)

Pedro Casaldaliga, religioso y escritor (Brasil)

Elsie Monge, Directora Ejecutiva Comisión Ecuménica de Derechos Humanos, (Ecuador)

Alicia Lira, Presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (Chile)

Alejandra Arriaza, abogada derechos humanos, Observadores por el Cierre de la Escuela de las Américas (Chile)

Hugo Gutiérrez, abogado derechos humanos, Diputado de la Republica de Chile (Chile)

Patricio Véjar, Comunidad Ecuménica Martin Luther King (Chile)

Markus Sokol, miembro del Directorio Nacional del Partido de los Trabajadores (Brasil)

Xavier Albó, religioso, investigador en CIPCA (Bolivia)

Hugo Blanco Galdós, ex líder campesino (Perú)

Alberto Adrianzén Merino, parlamentario andino (Perú)

Raul Zibechi, escritor y periodista (Uruguay)

Alberto Franco, religioso - Secretario Ejecutivo de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (Colombia)

Abuelas de Plaza de Mayo (Argentina)

Víctor Valle, educador universitario (El Salvador)

Mario Domingo, defensor de derechos humanos (Guatemala)

Bertha Oliva de Nativí, Premio Tulipán por los Derechos Humanos 2010; Coordinadora General del Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras, COFADEH, (Honduras)

Roy Bourgeois, sacerdote maryknoll, fundador de SOAW (Estados Unidos)

HIJOS (Guatemala)

Servicio Paz y Justicia, SERPAJ América Latina.

School of the Americas Watch, SOAW.

Comisión Ética Contra la Tortura (Chile)

Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los pueblos de América Latina “Óscar Romero” SICSAL

 

 

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